lunes, 19 de julio de 2010

Cinco menores prostituidas en Barcelona

Hace tiempo me decanté a favor de la legalización de la prostitución, por aquello de que con esta medida se ejercería un mayor control y se dificultaría la explotación y la trata de blancas; pero el argumento principal era que es imposible erradicar esta práctica y además hay muchas formas de prostituirse.
Me equivoqué, puesto que las leyes no deben permitir algo que intrínsecamente perverso. Legalizar la prostitución significaría también dar una pátina de licitud moral a esas otras y abundantes formas de prostituirse. Pero peor que legalizarla es hacer la vista gorda, tolerándola. Hay negocios muy boyantes en este sector. No hay más que ver los anuncios de prensa para intuirlo. Ilegalizar la prostitución conllevaría la desaparición inmediata de esos anuncios.
La localización en Barcelona de cinco menores que eran obligadas a prostituirse permite preguntar a los directores de periódicos que insertan anuncios de contactos si se sienten responsables. Es decir, ellos, con sus anuncios, contribuyen a que el negocio sea boyante, puesto que captan muchos clientes. La irresponsabilidad y el desinterés de éstos, sirven de remate al negocio. No temen los proxenetas que se presente un policía de incógnito y averigüe que la prostituta que ha contratado se dedica a esa tarea en contra de su voluntad, o que incluso sea menor, como ha sucedido en estos cinco casos. El hecho de que los proxenetas no teman a la policía no resta atrocidad al detalle.
El mundo de la prostitución esconde muchos horrores en su seno, pero puesto que es un negocio muy próspero, del que viven algunos sectores, no se persigue, ya se va viendo, con toda la dureza que sería menester. Ilegalizar la prostitución y perseguir tanto a quienes la ejercen como a sus clientes daría herramientas a la policía para destapar muchas atrocidades.

'La ciudad desplazada'
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1 comentario:

Leona catalana dijo...

Siempre me he decantado en contra de la prostitución. No me parece una actividad digna por mucho que algunos se empeñen que sí. Qué fácil es abrirse de piernas en vez de fregar escaleras...

Pero no se trata sólo de esto. Mientras exista la prostitución existirá la trata de blancas porque es muy fácil camuflarlo en ese inframundo de misería y corrupción.
Defender el derecho a prostituirse libremente es defender la trata de blancas.