miércoles, 9 de marzo de 2011

Como Dios manda

Dicen que Rajoy suele emplear el latiguillo “Como Dios manda”. Yo no tengo la obligación de seguir de cerca a ningún político, por lo que no lo puedo asegurar. Pero este latiguillo es de uso corriente. Carrillo usó uno similar, tal vez este mismo, en los albores de esto que llamamos democracia, pero que no lo es del todo, y Fraga replicó alegando que “los moros no deben jurar”, a lo que respondió el implicado diciendo que hablaba como el pueblo y esa era, y es, una frase popular.
Zapatero puede tomarse a chirigota a Rajoy, si le apetece. Lo digo porque a la interpelación de Rajoy de que “las cosas han de hacerse como Dios manda”, le respondió pidiéndole que hable con Dios y que ofrezca un plan.
Zapatero puede tomarse a chirigota a Rajoy, si tiene esa afición, pero no debe hacerlo con los españoles. Debe recordar que la burbuja inmobiliaria, responsable primera de nuestra crisis, creció de modo desorbitado durante su mandato y que cuando ya había estallado se empeñó en negar la crisis y en llamar antipatriotas a quienes alertasen sobre ella. No tomó medidas, por motivos electorales, hasta dos años más tarde, y las que tomó no han hecho más que agravar la crisis; las que ha tomado últimamente, de las que tan orgulloso se siente, a pesar de están en contradicción con lo que había dicho anteriormente, han sido forzadas por Angela Merkel.
Podría contestarle a Rajoy que ninguno de los gobiernos autonómicos, incluidos los del PP, supo prever tampoco la crisis, pero eso no lo hace porque para ello debería reconocer primero su culpa, que es la más grande de todas, puesto que es quien gobierna a España. Pero no es Zapatero el único político español que no se siente responsable de la debacle en la que estamos incursos. Y quienes siendo responsables de un daño no lo reconocen tienen un nombre.
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