La Transición española, que fue pilotada por Adolfo Suárez, mereció los elogios de casi todo el mundo. Pero luego hubo que diseñar un sistema político y en este punto intervinieron lumbreras como Miquel Roca i Junyent, Gregorio Peces-Barba, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, etc. Lo que había comenzado tan bien acabó siendo el parto de los montes. Y ahora nos encontramos con que a la política llega lo mejor de cada casa. Las lumbreras citadas rayan a gran altura, comparadas con las de ahora.
Uno de los representantes de este sistema político que nos ha llevado al desastre, el senador Juan Bautista Cardona, en la Comisión Mixta Congreso-Senado para el Problema de las Drogas, quiso decir algo razonable: los jóvenes no deben tomar alcohol. Lo que ocurre es como acompañamiento de esta conclusión dijo cosas que no son tan razonables. El vino tiene alcohol y el alcohol es una droga, sentenció. El vino es legal como el tabaco, pero genera muchos problemas, añadió.
Comparar el vino con el tabaco no es una buena idea. El tabaco es malo desde el primer cigarrillo, el vino comienza a serlo, para personas adultas, a partir del cuarto vaso. Ocurre con el vino lo mismo que con el queso, que tan bien le va, por ejemplo. Mientras no se abuse de él es bueno. Para David Khayat, una de las personalidades más importantes en la lucha contra el cáncer, jefe del Servicio de Oncología en el Hospital de la Pitié-Salpêtrière, y autor del libro La biblia contra el cáncer, el vino, gracias al resveratrol que contiene, figura en cuarto lugar, tras el zumo de granada, la cúrcuma y el té verde, en la lista de los diez mejores alimentos para prevenir el cáncer. Pero el vino, y el alcohol en general, bebido con moderación tiene otros efectos benéficos para el organismo humano.
'No había más que empezar'
'Han cegado a Narciso'
'Un tiempo para la igualdad'
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'La Flor del Norte'
'La Europa revolucionaria'
'Novelas ejemplares de Miguel de Cervantes contadas a los niños'
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