sábado, 19 de noviembre de 2011

Día de reflexión: hermano robado

Para algunos, imaginar que pudieron haber sido robados, ellos o algún hermano suyo, entra dentro de lo quimérico. Para otros, sobre todo si proceden de familias humildes, es una sospecha tan fundada como la que se cuenta en el blog de Soledad, titulado Buscamos a Francisco.
La cuestión es la siguiente: Según el diario ABC, en el año 1965 nacieron en Madrid 34838 niños y 32710 niñas. Puesto que lo que busca la familia Luque es un varón, hay que descartar a las niñas. La búsqueda se circunscribiría entonces a unos tres o cuatro mil niños, que serían los inscritos en las fechas en que debió serlo Francisco. De esos, habría que descartar todos los que no fueran primogénitos, puesto que quienes tienen hijos propios no suelen adoptar otros; Habría que descartar también a aquellos cuyos padres se hubieran casado en fechas recientes, puesto que los matrimonios comienzan a pensar en adoptar cuando ya llevan varios años intentando tener hijos sin conseguirlo. De modo que la búsqueda se reduciría a unos pocos. Para el Estado sería muy fácil. Una familia que busque por su cuenta, encuentra muchas dificultades. ¿Por qué el Estado no ha intentado resolver éste y otros casos similares?
Los nacidos en 1965 y en años cercanos, si proceden de familias indefensas en aquellos tiempos, pueden sentir que un escalofrío les recorre las espaldas. Pudieron ser robados, ellos o sus hermanos, si los tienen. Haber corrido ese riesgo no es agradable. Para quienes se han quedado sin hermano o hijo, es peor.
¿Cómo es que Rouco no sale a la calle exigiendo que se investiguen y resuelvan todos estos casos al igual que lo ha hecho para protestar por la ley del aborto? Si le importan los embriones de la provincia de Lugo o de Almería, también deberían importarle los niños que nacieron. Y la angustia de sus padres y hermanos.

1 comentario:

Jesús dijo...

La iglesia fue la que inicio este negocio siniestro. Primero con madres solteras y despues sin ningun escrupulo.