miércoles, 16 de noviembre de 2011

Perder el Gobierno o perder la dignidad

José Bono es uno de los personajes que figuran en el libro “Camaleones, desmemoriados y conversos”. Ocupa varias páginas en el libro, aparte de que es citado unas cuantas veces más. Entre otras cosas, recuerda el famoso episodio del lino, que tanto hizo sufrir a Loyola del Palacio, y por el que no se ha disculpado jamás y que en 1980 reconoció que por toda propiedad disponía de un reloj de la marca Chopar.
Pero lo que conviene a este caso es que en el verano de 1971 estuvo en la playa de Porto Cristo, de Mallorca, como participante en un curso de mandos de la Guardia de Franco, y su ese verano suyo fue subvencionado por la lugartenencia de la Guardia de Franco de Albacete. De modo que si Franco llega a vivir diez años más, Bono hubiera podido ser gobernador civil o presidente de la diputación de cualquier provincia.
Todo eso tiene que ver con lo que ha dicho en Mislata, en donde ha criticado la poca vergüenza de algunos, con respecto a la visita del papa a Valencia, y ha añadido que “hace 43 años lo único que teníamos cerca por ser socialistas era la cárcel”. Es decir, que el título del libro es el adecuado.
Por otro lado, hablar de dignidad de un gobierno bajo cuyo mandato hemos llegado a la ruína no es muy adecuado. Zapatero ha dicho que asume la responsabilidad, después de haber intentado echarle la culpa al gobierno anterior (lo que equivale a considerar el suyo como una mera prolongación del mismo, o como simple ejecutor de lo establecido por él), pero ¿qué es asumir la responsabilidad para Zapatero?
Para Bono la dignidad viene a ser lo mismo que para Zapatero la responsabilidad. O sea, una de las palabras que hay en el diccionario.

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