sábado, 26 de noviembre de 2011

Indultador de banqueros

Esto es todo, amigos, así terminaba Bugs Bunny  sus actuaciones.  Y quien tanto se preocupaba por los demás (¿verdad, papá que los de izquierdas somos los que nos preocupamos por los demás, mientras que los de derechas sólo se preocupan por ellos mismos?, le decían sus hijas a Zapatero), ha acabado indultando a un banquero. No al preso más antiguo de España y sin delitos de sangre. No a una presa con hijos en la cárcel.
Se puede pensar que ese preso antiguo, o la presa con niños pequeños, en otras circunstancias no hubieran delinquido. Muchos de los que están en la cárcel pueden ser considerados, sin demasiado esfuerzo, como mejores personas que otros que ocupan cargos importantes. No hay que fijarse en como los políticos se acusan entre sí de corruptos. Si hacemos caso a lo que se dicen, debería haber, al menos, setenta u ochenta políticos en la cárcel.
Decían los líderes socialistas que la culpa de la crisis la tienen los bancos, ellos no. También se proponían poner impuestos especiales a los bancos, etc.
Pero luego se reúnen mucho con los banqueros y con otros empresarios, y escuchan las propuestas de que hay que meter en cintura a los trabajadores, si se quiere salir de la crisis. Como consecuencia, se han bajado los sueldos a los funcionarios y se han congelado pensiones, y se ha abaratado el despido para crear empleo, pero se ha destruido más, de modo que habrá que seguir dando leña al mono hasta que hable inglés.
Paralelamente a todo esto, es posible que los sueldos de los banqueros y de los empresarios se haya multiplicado. Quizá porque se piensa que si ganan más pondrán más empeño en salir de la crisis.
El pesimismo es un asunto de la inteligencia; el optimismo, de la voluntad, decía Antonio Gramsci. El banquero indultado, en cambio, no necesita esforzar mucho su voluntad para ser optimista; los demás banqueros, tampoco.

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