El diario El País echa la culpa a Zapatero del desastre electoral que se le vaticina a Rubalcaba. Ya se sabe que lo que ocurre en España con la prensa es que tiene la función de informar como pretexto, pero su objetivo real es el de enredar con el fin de que nadie sepa a ciencia cierta qué es lo que ocurre.
Hay cosas que no conviene olvidar. Rubalcaba ha formado parte del gobierno de Zapatero; por tanto, es lógico que le salpique algo, para lo bueno y para lo malo. Otra cuestión que no se plantea El País es que si el candidato fuera Zapatero, probablemente obtendría mejores resultados.
Rubalcaba es el candidato del felipismo, que es la carta que juega El País, por motivos obvios, en contra del zapaterismo. Pero Rubalcaba no es el candidato idóneo, ni siquiera para el felipismo, entre cuyos integrantes hay varios con mejor cartel. El hecho de que haya sido el elegido se debe a motivos coyunturales, y quizá a que ningún otro ha deseado asumir ese papel. Él lo ha aceptado porque su ambición es mayúscula.
Ya se conformó tiempo atrás con un simple ministerio, a pesar de que había hecho méritos suficientes para que se le diera la vicepresidencia. Otro lo hubiera tomado como un menosprecio y no hubiera aceptado el cargo. Él si lo hizo, y luego, cuando el deterioro del gobierno era grande, la ansiada vicepresidencia le cayó como fruta madura en las manos. Pero, en buena lógica, lo que debió haberle caído fue la presidencia, ya que teóricamente iba a encargarse de todo. Ya que no fue así, tampoco debió aceptar la vicepresidencia. O presidencia o nada, era la respuesta que correspondía. Probablemente, esa era su única posibilidad de llegar a presidente. En una situación política normal, difícilmente hubiera logrado ser el candidato del PSOE. Pero de eso no se ha dado cuenta.
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