Cabe la posibilidad de que buena parte de los problemas de Bancaja, que luego ha trasladado a Bankia, provengan del gobierno valenciano, puesto que podría haberla llevado a hacer inversiones ruinosas, aprovechando que la tenía bajo su control.
Cabe recordar, en este sentido, los casos del campo de fútbol, de Terra Mítica, o los bonos patrióticos que le hizo comprar, algunos de éstos cuando ya estaba integrada en Bankia y a espaldas de Rodrigo Rato. No se sabe, o por lo menos yo no lo sé, cuántas más cosas similares pueden haber.
Todo esto puede explicar que los movimientos del PPCV en defensa de los intereses valencianos en Bankia sean en la sombra, y que en las informaciones que se dan sobre el caso, probablemente no se diga toda la verdad. Quizá Rodrigo Rato quiera aprovechar la circunstancia para pasar por encima del PPCV y este partido se refiera tan sólo a las citadas maniobras, pero callando las circunstancias que posibilitan que Rato actúe de este modo.
La cuestión es que los perjudicados de todo este desaguisado son los ciudadanos valencianos, que también han perdido la CAM, que igualmente estaba bajo el control del gobierno valenciano, y que lo mismo que Bancaja se vio obligada a invertir en Terra Mítica y otras similares. El Banco de Valencia también se ha ido a pique, y ni el gobierno valenciano ni el Banco de España parecen acordarse de los ahorradores que invirtieron en este Banco, confiando en que las autoridades ejercían sus labores de control, cosa que ya se ve que no es cierta y nadie les pide responsabilidades.
Y después de tanto daño hecho, por lo que se pelea ahora es por los cargos vacantes y sus jugosos sueldos. Parece ser que en este mundillo de la política y las finanzas sólo cuentan los poderosos. El resto es como si no existiera.
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