sábado, 10 de marzo de 2012

Caprichoso destino

Esta mañana me he acercado a la falla de la calle del Almirante Cadarso con la intención de encontrarme con su presidenta, Laura Cano Zamorano,  mujer capacitada para poner orden en el desmadrado mundo fallero, si se le pidiera; pero no estaba.
La fortuna ha querido, sin embargo, que me encontrara con Enrique Arias Vega, sabio donde los haya y que tanto lleva vivido y observado desde su excepcional atalaya. Le he comentado la última del director del CTCV, que tuvo bronca con un nutrido grupo de funcionarios que quería dar sangre. Es que Enrique habló por teléfono con este señor hace unos meses porque pretendía seguir dando sangre, a pesar de que ya cumplió 65 años, porque su salud es buena.
El tiempo que he estado con Enrique ha sido prolífico en noticias. Emi Barberá, la audaz directora de Mujer de Bandera nos ha dicho que se iba a la mascletà. Valenciana pura esta mujer. Ojalá tenga éxito su revista. En este mundo que se nos cae a pedazos es de vital importancia que iniciativas como esta tengan éxito y sirvan para estimular a otros a emprender sus propias aventuras.
Otros que también se han atrevido a buscar el éxito son dos jóvenes estudiantes madrileños, Edu e Iñaki, que han lanzado a los cuatro vientos su nosabesnada.com, tan interesante como se puede imaginar.
Enrique siempre tiene muchas cosas que contar, puesto que viaja por el mundo y su ojo de periodista le hace fijarse en todo, y percibir los cambios que vienen y lo que nos obligados a hacer. Es una lástima que los políticos vayan a la suya y no pregunten a los que saben; quizá no conciban el desinterés. Hablando de la clase política es cuando han salido a relucir los psicópatas y los paranoicos. Debería estarles vetado el acceso a la política. También sería conveniente que cualquier aspirante a un cargo político retribuido pasara un examen de cultura general cuya dificultad estuviera en consonancia con el sueldo a percibir.
Creo que convendría eliminar de la política a los zoquetes, a los paranoicos y a los psicópatas.

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