viernes, 30 de marzo de 2012

Concha García Campoy

En nuestros días, se instalado en los cerebros de muchas personas la idea de la seguridad. Son personas que quieren pensar que lo tienen todo controlado y dominado y que quisieran que todas las cosas de la vida funcionaran como un reloj.
Pero la vida es riesgo y aventura. Incluso sin salir de casa. Por eso es bueno estar preparado para ayudar al que cae. Cualquiera puede verse en un trance difícil.
Concha García Campoy, por ejemplo. Una mujer que despierta grandes simpatías y que inesperadamente se ha visto luchando contra un enemigo feroz. Todos queremos que gane la batalla contra la enfermedad con la que lucha. Pero también podemos ayudarla en esta lucha. Una buena parte de la población está en condiciones de dar sangre, e incluso médula ósea.
Concha García Campoy, como muchos otros usuarios de la Sanidad, necesita la sangre de los donantes. Dar médula es más complicado, porque es muy difícil encontrar un donante compatible, por eso sería conveniente que el número de gente cuyo tipo esté registrado sea muy grande. Hay que dar esperanzas a la gente que lucha, para que no deje de hacerlo.
Últimamente, estaba desanimada Janire Rivera, que está esperando un donante de médula ósea compatible. Forma parte del grupo http://www.pelonespeleones.com/.
Hay que dar sangre e inscribirse en el registro de donantes de médula, pero también hay que exigir a la clase política que atienda a este sector de la Sanidad como es debido. En el CTCV han recortado personal. La última vez que estuve dando plasma y plaquetas sólo había una enfermera para todos; me iba postergando porque lo mío era más entretenido, puesto que tenía que conectarme a la máquina, mientras que a los otros tan sólo a la bolsa de sangre. También han recortado los bocadillos, por la mitad exactamente, y se rumorea que los pueden suprimir. Yo nunca cojo el bocadillo, pero no me parece correcto, y menos todavía después de saber que el Consell cuenta con 80 periodistas. Para unas cosas tiene dinero y para otras no.
Haga lo que haga el Consell, lo bonito es que los ciudadanos se conviertan en donantes.
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