miércoles, 21 de marzo de 2012

El ejemplo de Torrelodones

La información dice que ni la alcaldesa ni los concejales son políticos profesionales. ¿Y por qué tienen que haber políticos profesionales se puede preguntar un incauto? Esa es la cuestión. Algunos nos quieren convencer de que los políticos deben ser profesionales. Pues no. Los políticos profesionales son nefastos. Ahora hay uno, que nunca ha hecho nada al margen de la política, y lo que ha hecho en la política lo ha hecho mal, y que quiere volver.
La información también dice que ese ayuntamiento no profesional de Torrelodones cerró 2011 con un sustancial superavit. Sin duda que las ciudades y pueblos cuyos ayuntamientos tienen déficit, o están al borde de la quiebra, si no quebrados, deberían seguir el ejemplo de Torrelodones y elegir un ayuntamiento de políticos no profesionales. Incluso las Comunidades Autónomas y la Nación deberían hacer lo mismo: elegir gobiernos compuestos por no profesionales. Gobiernos que sean capaces de desprenderse de todo aquello que no revierta en beneficio de los ciudadanos y, sobre todo, que no se pueda pagar. ¡Cuánto dinero nos ahorraríamos!
De entre todos los políticos profesionales los peores son los nacionalistas. Hay gastos de los que no pueden prescindir. Los nacionalistas se diluirían en la nada sin el humo que venden. Los nacionalistas necesitan también ordenar y prohibir. La democracia no les va. Los ciudadanos que ya están infectados por el nacionalismo se ahorrarían mucho dinero si estuvieran gobernados por políticos aficionados como los de Torrelodones, pero echarían en falta el humo. No me sorprendería que prefirieran pagar.
Pero los que estamos al margen de los nacionalismos, de los sectarismos y de todos los ismos recibimos con ilusión todas esas noticias que nos llegan de tan singular ayuntamiento. Y no nos sorprende lo más mínimo que el ejemplo no haya cundido y que sigan siendo los “profesionales” los que manejen los dineros de los impuestos. Mandan las costumbres y los españoles estamos acostumbrados a obedecer.



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