domingo, 15 de febrero de 2015

A Juliana no se lo contaron todo

Se conoce que está o ha estado por Valencia y ha aprovechado para hacer uno de esos sopicaldos a los que en vez de echarles un chorrito de jerez les vierte una botella entera de nacionalismo, con el resultado de que hay que tener muchas tragaderas para que pase el producto final.
Dice que se lo han contado todo sobre lo que él llama el País Valenciano, pasándose por el forro las denominaciones oficiales, Comunidad Valenciana, e histórica, Reino de Valencia. Pero no se lo han contado todo, porque no le han dicho que si el gobierno de Camps pudo derrochar con tanta impunidad es porque no tuvo oposición. Y no la tuvo porque la izquierda valenciana fue abducida ideológicamente por el catalanismo. Si el partido socialista valenciano hubiera sido fiel al ideario que le es propio y que es tan ajeno a los nacionalismos es posible que hubiera ganado todas las elecciones celebradas hasta el momento.
Juliana lee a Aznar, pero lo lee para machacarlo luego. Aznar, Zaplana o Camps han sido nefastos, pero comparados con Pujol, Mas, Junqueras o Carod Rovira vienen a ser como hermanitas de la caridad. Cabe resaltar que entre Aznar, Pujol y Zaplana urdieron esa porquería que se llama AVL.
Dice Juliana, en ese artículo suyo tan lleno de referencias nacionalistas, en el que no ha faltado la mención a los Pastisos Catalans, que entró en una librería para comprar un libro de Ausias March. Podría haber pedido El fin del nacionalismo, de Konrad Adenauer.
Es un hecho que el Reino de Valencia fue conquistado por la Corona de Aragón, cuyo rey era Jaime I. Pero a la vista de la murga que dan los catalanistas conviene preguntarse si no hubiera sido mejor que lo conquistara Alfonso X el Sabio. Si hubiera sido así, el Siglo de Oro de las Letras Valencianas no les habría sido arrebatado a los valencianos.

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