sábado, 14 de febrero de 2015

El Instituto Catalán de la Salud quita los cuadros del Rey

En este caso no se trata de un recorte más, para emplear el dinero en embajadas y en insultar a todos los que no están de acuerdo con el nacionalismo, sino de un puro y duro incumplimiento de la ley.
Informa del hecho Dolça Catalunya, medio digital que está haciendo una gran labor, puesto que desenmascara todas las imbecilidades, trapacerías, trampas e ilegalidades que se cometen en Cataluña.
El gusto por la impunidad se ha instalado en España y lo ha hecho de tal manera que ahora se aproximan otros, los de Podemos, que antes de llegar ya reclaman su cuota en tal rúbrica. También quieren ser impunes.
La impunidad y la democracia no tienen nada en común, se ponga como se ponga la gente. Arturo Mas es un presunto delincuente y echa en falta que la maquinaria del Estado no se ponga en marcha para explicarle que las leyes deben cumplirse. Aducen los nacionalistas que ha sido elegido democráticamente. ¡Qué poco saben los nacionalistas de democracia! El nacionalismo y la democracia son incompatibles y eso habría que explicárselo a los socialistas, que a menudo son más nacionalistas que socialistas.
Un demócrata que viva en un país democrático siempre cumple la ley, o al menos lo intenta. Quienes intentan que su voluntad, o capricho, prevalezca sobre la ley tienen un espíritu dictatorial. Las embajadas de las CC.AA. deberían estar prohibidas por ley. El hecho de que una Comunidad Autónoma abra embajadas es una burla a los ciudadanos decentes. Es un gesto propio de personas con la cara más dura que el cemento armado. Lo mismo el invento de la Cataluña Norte y los Pastisos Catalanas. ¿En qué cabeza cabe eso de los Pastisos Catalans? Hay que estar enfermo, muy enfermo, para tragarse una chorrada así. El nacionalismo causa estragos en la mente de las personas.

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