domingo, 22 de febrero de 2015

Barcelona rechaza hacer una estatua a Cervantes

A través del digital Dolça Catalunya, que tan gran labor hace en pro de Cataluña, he sabido que el ayuntamiento de Barcelona ha rechazado que se erija una estatua a Cervantes en esa ciudad. En Valencia hay una, genial, obra de Mariano Benlliure.
La propuesta contaba con dos impedimentos de salida. Ell primero es que la hizo el PP, y el segundo es que Cervantes era español, por más que unos 'investigadores' catalanes hayan 'descubierto' q ue era catalán. Pero se conoce que el alcalde no está muy seguro. Estos 'investigadores' cualquier día van a 'descubrir' que Obama es catalán. La labor de Dolça Catalunya consiste precisamente en demostrar que a la mayoría de los catalanes no se les va la olla, sino que tienen en orden sus ideas. Aunque he leído a un catalanista valenciano, y estos son los peores catalanistas, que los de Dolça Catalunya son 'gentola'.
Se cumple el cuarto centenario de la edición barcelonina de Don Quijote, pero ni por esas. Y es que el nacionalismo es corto de miras y abundante de mezquindad. Los barceloneses pueden admirar los valores que transmitió Walt Disney, pero no los de Cervantes. Qué lejos están de comprender que lo importa es la obra, no la nacionalidad de su autor, ni la lengua en la que está escrita. Con eso disminuyen a los suyos. O sea que si les gusta Jacinto Verdaguer no es por la calidad de su obra, sino por su condición de catalán.
Pero aunque no lo quiera reconocer el triste alcalde de Barcelona, el episodio en el que aparece Roque Guinart es digno de encomio. Baste recordar que a la vista del modo tan escrupuloso con que el bandolero repartía el botín, Sancho Panza dijo aquello de:
Según lo que aquí he visto, es tan buena la justicia, que es necesaria que se use aun entre los mesmos ladrones.
Pero los nacionalistas no lo pueden comprender. Los nacionalistas sólo saben de caprichos.

 
 
 

No hay comentarios: