miércoles, 25 de febrero de 2015

Pobre Junqueras

Es de izquierdas y nacionalista, dos cosas incompatibles entre sí. Además, su formación acogió a terroristas de Terra Lliure y uno de sus dirigentes acudió en coche oficial a entrevistarse con terroristas de ETA.
Gracias, una vez más, al digital Dolça Catalunya que tanto espanta a los enfermizos catalanistas, he sabido que ese Junqueras, al que sus partidarios llaman profesor, y afortunadamente no está dando clase, porque el daño que haría sería inconmensurable, ha pedido que le dediquen una calle o plaza a Miguel Badía, que según explica el citado digital fue terrorista, fascista, verdugo y golpista. O sea, que no deja de tener lógica que Junqueras pida eso.
El nacionalismo obnubila tanto la mente que quienes son contagiados hacen el ridículo sin darse cuenta. Juliana se burla de Camps y Barberá, y también del 'caloret', y resulta que en casa tiene al citado Junqueras, a Mas, y a Pujol. Tiene la casa llena de basura y el periódico en el que escribe pudo ser grande y ha acabado dando risa.
El grado de demencia al que pueden llegar los catalanistas hace que algunos de ellos se hayan atrevido a llamar burro en twitter a Félix Ovejero. No digo yo que no tenga defectos, tampoco es que tenga que tener siempre la razón, pero para llamarle burro hay que estar mal. Es posible que a esos mismos Mas les parezca muy inteligente. E incluso hay catalanistas, y creo que muchos, que han disculpado a Pujol. Y hay una cantidad ingente de catalanistas a los que les parece bien lo que hace Junqueras. En estas condiciones si salimos de la crisis es un milagro.
El tal Miguel Badía, al que Junqueras rinde culto, participó en el Complot del Garraf, mediante el que se intentó asesinar a Alfonso XIII y a quienes viajaran en ese tren. Luego fue jefe de policía de la Generalidad de Maciá. Es lo que hay.

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