jueves, 5 de febrero de 2015

La patria de Pablo Iglesias


Al hablar patrias conviene recordar a Samuel Johnson, entre cuyas frases famosas está la que dice El que hace una bestia de sí mismo se deshace del dolor de ser hombre, pero también tiene esta otra, mucho más conocida, El patriotismo es el último refugio de los canallas.
Pablo Iglesias y sus compañeros de aventuras de Podemos saben que en la telebasura cuanta más basura haya más audiencia se consigue. Y allá van ellos, a buscar audiencia y más consigan más pueden. Un sociólogo valenciano de izquierdas, ya fallecido, se preguntaba, en los primeros tiempos de la democracia, cuando la izquierda iba ganando elecciones, ¿qué hace el poder en nuestra cama? El poder tiende a corromper y su búsqueda también. Y el poder absoluto corrompe absolutamente, y si alguien no se lo cree no tiene más que fijarse en Hugo Chávez, Nicolás Maduro o Alí Jamenei.
Para Pablo Iglesias el pueblo es sabio y valiente, los malos son las elites. La patria, para él es ese pueblo sabio y valiente.
La lógica dice otra cosa. La lógica dice que si el pueblo fuera sabio y valiente los políticos serían un reflejo de ese pueblo.
Lo que le va a Iglesias entonces es el mundo de la magia, de la prestidigitación y del ilusionismo.
Una patria decente sería la de los ideales. Paz, justicia y libertad, por ejemplo. Pero la libertad los de Podemos son enemigos. En su discurso se nota un gusto por el caudillismo, por el control de los medios y de cualquier cosa que se mueva y, en definitiva, por la restricción de las libertades. Dado lo anterior, es obvio que la justicia tampoco les interesa. O sea, no la justicia independiente. La justicia que les importa es la que podrían recetar ellos. Y lo de la paz, en estas condiciones, cae por su peso.
'El color de los días'
'Molestia Aparte II'
'Conceptos de inteligencia'
'El paraje de Las Brujas'
'Teoría General de la Evolución Condicionada de la Vida'
'Escucho otra Cadencia en mi Memoria'
'Dos veces bueno'
'Cantar de Mío Cid'

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