martes, 17 de febrero de 2015

El chollo de las diputaciones

Mientras hay partidos que prometen como si tuvieran una varita mágica en la mano, y se les cree, los hay que trabajan en serio y van haciendo cosas, aunque pocos se las agradecen, porque es un hecho que el agradecimiento es propio de los espíritus selectos.
Son muchos los columnistas que aprovechan que el Pisuerga pasa por Valladolid para disparar sus balas contra Rosa Díez, porque queda bonito y hace gracia. Pero ella es la que está siempre con las víctimas del Terrorismo, ella es la que ha impulsado la querella contra Bankia y ella es la que pide la supresión de las diputaciones. Son hechos, y no promesas a costa de terceros, como las de Syriza.
El asunto de las diputaciones es grave, porque sólo sirven para que los partidos puedan colocar en ellas a unos cuantos militantes, con el fin de tenerlos tranquilos.
Las funciones burocráticas que llevan a cabo las diputaciones las podría asumir perfectamente una consejería. Lo fundamental además sería la eliminación de todas las competencias. Hay que tener en cuenta que en ellas puede estar situado un pequeño caudillito, como el presidente de la diputación de Valencia, que se ha sacado de la manga una televisión propia, como si no hubiera mejor modo de gastar el dinero de los contribuyentes. Porque no habría nada que objetar a que el señor Rus con su dinero fundara una televisión para lo que a él le diera la gana. Pero el dinero de los impuestos debería ser sagrado y, por tanto, habría que emplearlo sólo en cosas que convengan a los ciudadanos.
Hay muchas necesidades y muy perentorias. Los ciudadanos han de pagar totalmente muchos medicamentos que les resultan necesarios y ahora resulta que el dinero que se les detrae por medio de los impuestos es empleado para satisfacer caprichos personales.
Si se hiciera caso de esta propuesta de UPyD el gobierno dispondría de unos cuantos miles de millones para gasto social.

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