jueves, 14 de febrero de 2008

Bermejo gasta 250 000 euros

El ministro Mariano Fernández Bermejo se ha gastado 250 000 euros de los contribuyentes en la reforma del piso al que se ha mudado. Inquirido por el derroche, ha respondido que la anterior ocupante, Maria Antonia Trujillo lo había dejado en lamentable estado, cosa que ella, como es lógico, niega. Conviene recordar que esta vivienda ha sido ocupada regularmente por ministros en ejercicio. Dada la proverbial costumbre de los políticos españoles de rodearse de lujo, cuando no lo han de pagar de su bolsillo, cabe suponer que no le llegó en muy mal estado a su anterior ocupante. Si hubiera sido así, dado que eran de otro partido, hubiera puesto el grito en el cielo. No se llevan muy bien el PP y el PSOE, de modo que no se lo hubiera perdonado. ¿Cabe entender, entonces, que la ex ministra, enfadada por su cese la emprendiera a martillazos con la vivienda? Pues no, pues ella dice que la dejó tal y como la había encontrado.
Vivimos tiempos difíciles, en los que mucha gente humilde que acometió lo que creyó en un principio el hermoso proyecto de adquirir en propiedad una vivienda, mediante una hipoteca que pensó que podría pagar, ahora se encuentra con que en realidad ha caído en una trampa de la que no puede salir.
En este estado de cosas, el derroche del ministro es incoherente con la afirmación de Zapatero de que el PSOE representa a los pobres y a los trabajadores. Es cierto, no obstante, que algunos trabajadores, los que han hecho la reforma, han podido ver de cerca la vivienda del ministro y, acaso a éste.
Por otro lado, la respuesta de Bermejo, que tanto ha irritado a Trujillo, pone de relieve, una vez más, esa faceta suya que consiste en decir las cosas del modo más irritante para quien van dirigidas. Nada tendría de extraño que hubiera sido ese el motivo por el que fue nombrado ministro. Luego dice Zapatero que él no crispa. Los malos son los otros. Él es un pedazo de pan, siempre en busca de “la paz” y “la concordia”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues como el Ministro de Justicia y Ropón Máximo de nuestra judicatura no se vaya a vivir a Barcelona o a sitios así donde no se enteran de la misa la media porque no sabemos a lo que se dedicarán por allí los periodistas de raza, si es que les queda alguno claro, lo que es por "El Foro", no va a pasar desapercibido, que aquí, aún sin tener Internet ni teléfono celular donde recibir y pasar mensajittos, pássalo, pássalo, nos enteramos de todo on-line que quieras que no, porque ésto más que ser un patio de vecindad es una puñetera corrala.

No voy a decir que el diezmo de 240.000 euros son 24.000, porque ésa es una unidad de medida más bien medieval y algo arcaica y hoy en día, solo el IVA, es ya del 16% (diezmo y medio). Además, bastante me importará a mi saber cuál es la empresa subcontratada para hacer éstas obras, que también las empresas tién que vivir, que caramba, y no siempre topa uno con el consabido y tópico

chollo espanyol.

No señor. Lo que me ha impulsado a mi a coger el teclado y echarles a ustedes estas breves parrafadas ha sido llamarles la atención al respecto del infantil comportamiento de niño chico (de los odiosos) que ha mostrado éste hombre. que cuando le han pillao gastándose el bacalao, tiempo le ha faltao

para ir y echarle la culpa a otro.

Bueno, en éste caso otra, que jura en seis o siete liturgias que ella no ha dejado manchas por el suelo ni desconchones por las paredes, ni ná de ná, que por allí se pasaba una escobita y una fregona todos los días. ¡Vaya!.

Vamos, que una cosa es escaquearse, echar balones fuera, o mirar al techo silbando anodinas cancioncitas suecas, y otra muy distinta es ir de acusica Barrabás y echárle la culpa a los demás sin que éstos tenga maldita culpa de ná.

Miau.

Total que uno acaba entendiendo por qué es tan común éso de que paguen justos por pecadores, que lo estamos viendo un día sí y otro también. Vamos, que no te digo más Nicolás: Ministro de justicia.



Ya ves tú.
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