sábado, 9 de febrero de 2008

La Seguridad Social

A finales de marzo o principios de abril del año pasado pedí cita para un especialista de la Seguridad Social y me dieron fecha para diez o doce días más tarde. El doctor me ordenó varias pruebas, para las cuales había una demora de dos meses. Fue a finales de junio cuando el médico tuvo todo lo que necesitaba para establecer el diagnóstico y ordenar el tratamiento. Me dijo que el año próximo, o sea éste, repitiera todos los pasos, para llegar por la misma fecha aproximadamente a la cita final y decidir qué hacer con el tratamiento. Me he anticipado y ha sido a principios de febrero cuando he pedido cita para el especialista. A las nueve menos cuarto de la noche, después de estar varias horas llamando, cogieron el teléfono en la sección de la cita previa. Me recibieron diciendo que me atenderían, pero que otra vez llamase más pronto. Después de mis lógicas protestas, en las que informé de que llevaba horas llamando, se me comunicó que hasta el último día de mayo no había fecha libre. La cuestión es que si hay esa demora para la primera visita, ¿cuánta habrá para las pruebas que me tendrán que hacer? Si se cumplen las previsiones yo estaré tomando una medicación inadecuada durante todo el tiempo que exceda de la fecha recomendada para hacer el cambio. Pero no acaba ahí la cosa, tras darme la fecha y la hora, la persona que me atendió me preguntó si en mi anterior visita había ido por la mañana o por la tarde. Como fueron varias veces las que fui, por unas o por otras cosas, por la mañana y por la tarde, ya no recordaba, y menos así de sopetón, este detalle. Por ello, no se me pudo asignar el mismo especialista del año pasado.
Es decir, nuestra clase política, tanto la autonómica como la nacional, es total y absolutamente incompetente. Soy de los que piensan y desean que nuestro sistema se expanda por el mundo y llegue a todos, pero si nos lo cargamos ya no podrá llegar a nadie. Si se abre la puerta a la inmigración, hay que dotar a la Seguridad Social de más médicos y más medios. Además, hay que organizar las cosas bien. Si encima que no hay médicos ni medios reina el desorden y la improvisación, llega el caos. Quizá esto sea lo que busquen Rambla y Cervera, para culpar después a Bernat Soria. Los culpables son todos, el gobierno central y los autonómicos, por no haberse sentado todavía a buscar una solución. Los perjudicados, los que pagamos el sistema y los sueldos de los incompetentes.

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