miércoles, 10 de septiembre de 2008

Guerra y Montilla

El orden es el alfabético, claro, porque si se le hiciera caso a Montilla, Guerra iría después, porque ya no tiene cargo. La verdad es la verdad, la diga Agamenón o su porquero, y con esto no estoy llamando porquero a Guerra, sino que apunto que probablemente dijo algo sensato y Montilla no pudo responder adecuadamente. Montilla es un poco como Obama. Éste es un negro que puede llegar a presidente de EE.UU., aunque tiene que demostrar cada día su patriotismo. Montilla es un andaluz que ha conseguido ser presidente de Cataluña, pero ha de demostrar a diario que es más catalán que Pujol. La tontería que le ha contestado a Guerra puede servir para ese propósito.
Guerra confesó en sus buenos tiempos que cuando recibía empresarios catalanes los hacía pasar de uno en uno, por su tendencia a unirse en su contra. En cambio, a los valencianos los hacía pasar a todos juntos, por su tendencia a discutir entre ellos. ¿Debe considerarse esta manera de actuar como una muestra de la inteligencia que se le atribuía al otrora poderoso sevillano? ¿O es mejor considerarlo como una pillería? Aunque también cabe considerarlo como un acto psicópata. Puesto que no buscaba más que salirse con la suya. Tampoco es que esté llamando psicópata a Alfonso Guerra.
Sin embargo, tampoco estaría de más que, al igual que nos hacen reconocimientos médicos por cualquier cosa, hiciesen pasar a todos el test de Robert Hare, para conocer cuánto de psicópata tenemos cada uno. A los psicópatas sólo les interesa el poder, el dinero y el sexo. De modo que sabiendo eso, a quienes alcanzaran las puntuaciones más altas habría que destinarlos al diseño de interiores o a la venta de hortalizas, pero en ningún caso debería dejarles acercarse a la política o lugares en los que pudieran hacer daño, que son los que por instinto buscan.
Guerra y Montilla pertenecen al mismo partido y deberían luchar por los mismos ideales. Pero la lucha por el poder introduce elementos extraños entre ambos y enrarece las relaciones.

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