domingo, 21 de septiembre de 2008

Los gobernantes psicópatas

Son tres las cosas que importan a un psicópata: el poder, el dinero y el sexo. Las demás no existen para ellos. Sólo piensan en salirse con la suya y para conseguirlo no dudan en mentir o manipular. No experimentan sentimientos de culpa, ni son capaces de ponerse en el lugar de los demás. No les importa generar una catástrofe de cualquier tipo, si ellos salen ganando.
Lógico es pensar que los psicópatas acuden en tropel a aquellos lugares que les permiten adquirir poder, la política y las finanzas, por ejemplo. También en el llamado cuarto poder, por supuesto. Interesa tener esto en cuenta porque una persona normal se fija, de forma innata, en lo que está bien y en lo que está mal; sin embargo, a los españoles nos han hecho olvidar esta norma tan sencilla y ahora, en lugar de eso, nos han compartimentado en derechas, izquierdas, catalanes, vascos, etc., con lo cual, en lugar de mirar la calidad del trabajo que hacen, nos comportamos de acuerdo con los intereses de los aparatos de poder de los partidos.
Robert Hare dice que no podemos defendernos de los psicópatas, pero por lo menos podemos identificar actos en los que se nota la falta de empatía. Aquel empeño de Aznar en acompañar a Bush, en contra de todos los españoles. Aquel modo de actuar de Rubalcaba y Acebes, en el que daba la impresión de que sólo les importaban las consecuencias electorales y que olvidaban a las víctimas. Esa respuesta de Zapatero a María Jesús González e Irene Villa, en la que tan poca empatía demostró. Tampoco hubo mucha empatía en el gesto de negar una crisis cuando ésta ya había ahogado a unos cuantos. Tampoco se puede suponer la empatía en el empeño de dar Educación para la Ciudadanía en inglés, sin tener en cuenta los problemas que causa a los alumnos, a los profesores y a los padres. El hecho de que alguien olvide la empatía una vez o dos no significa que sea psicópata, pero no estaría de más ir anotando todos estos gestos, porque si alguien los reitera será por algo.
Los psicópatas compiten entre sí, puesto que todos buscan el poder, pero todos van en la misma dirección. De modo que tampoco es de extrañar que pendientes todos de ganar más y más, y de exprimir el limón al máximo, nadie fuera capaz de prever la crisis que padecemos. Siguen ahí, tratando de seguir sacando beneficio, sin importarles las penurias ajenas. Y no les importará volver a provocar otra crisis, si ellos ganan.

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