martes, 23 de septiembre de 2008

Lo de Bardem puede ser insolidaridad

Escribe Rosa Montero hoy, en El País, que en las últimas entrevistas que ha concedido Bardem parece que emplea un tono airado y añade que también ocurre en el caso de Zafón, en el que se adivina una carga de rencores. Opina Rosa que hay triunfadores que no saben enfrentarse a las críticas. Y añade que al igual que hay críticas arbitrarias también existen los aplausos del mismo tipo y que vaya una cosa por la otra.
Pero es que aparte de que los triunfadores aceptan los elogios sin rechistar y algunos de ellos tienen dificultades para aceptar las críticas, queda la cuestión de que si se alcanza esta posición se está en situación de ventaja ante los demás. La venganza, aparte de no ser recomendable jamás y de no servir para nada, en este caso tampoco lo es, porque no se está en igualdad de condiciones. No puede proporcionar ninguna satisfacción a quien la lleva a cabo en esta situación.
Por otra parte, quien está en la cumbre y se aprovecha de ello para dar a conocer a todos sus quejas personales, se permite un lujo que está fuera del alcance de aquellos que verdaderamente tienen motivos para quejarse. Imaginemos a esas personas que no pueden valerse por sí mismas y que están al cuidado de otras personas, familiares o no, que las tratan sin consideración de ninguna clase. A lo mejor osan quejarse y la respuesta que reciben, burlona y con retintín, aún les hiela más la sangre. Estas personas han de aceptar su humillación a diario y sólo la muerte vendrá a librarlas de su situación.
Cuando Bardem, cuando Zafón, cuando otros que también están en la cresta de ola, aprovechan para la situación satisfacer sus deseos de revancha olvidan a todas estas gentes. Olvidan también que Cervantes no pudo darse jamás esa satisfacción, ni muchos otros, que vivieron sus vidas como buenamente pudieron y que teniendo incluso más talento que Barem o Zafón jamás llegaron a la cima, ni pudieron albergar ninguna esperanza de lograr un trato justo.

1 comentario:

Butzer dijo...

Es muy fácil olvidarse de tanta gente cuando se están en la cresta de la ola...