viernes, 12 de septiembre de 2008

Lidl, como pretexto

Ya es sobradamente conocida la noticia de que la cadena de distribución alemana, Lidl, ha sido multada con un millón y medio de euros. La pregunta que surge rápidamente es que en idéntico supuesto en España hubiera ocurrido igual. ¿Podemos creer que los españoles que una empresa de capital español, con sede en España, de la importancia de Lidl, que hiciera lo mismo que Lidl, hubiera recibido una sanción similar?
Las dudas expresadas no están fuera de lógica puesto que la Administración española ha dicho que “existen razones de oportunidad que desaconsejan que el Gobierno haga uso de su iniciativa legislativa para regular el acoso moral”. Como esta opinión no tiene sentido con respecto a la Función Pública, no hay más remedio que entender que se refiere a la empresa privada. Así que sabemos cuál es la opinión que tiene el gobierno español de los empresarios. Y también sabemos que, para el gobierno, la Justicia unas veces es oportuna y otras no.
Por su parte, la magistrada del juzgado de lo penal número dos de Lleida dijo lo siguiente: "El acoso moral en el trabajo, en sus manifestaciones más graves, debería ser objeto de protección penal mediante una definición precisa de la acción típica y de los elementos normativos y descriptivos que deben integrarla".
Lo cierto es que al igual que antes de contratar a un trabajador la Administración Pública y las empresas le hacen pasar un examen médico, deberían practicarle también el test de Robert Hare, para ver hasta qué el grado de psicopatía del aspirante. Si se obligara a pasar los test y a publicar los resultados, quizá veríamos que muchos de los más altos directivos tienen puntuaciones peligrosamente elevadas. Y acaso que los de más baja puntuación serían los que mayores problemas tienen en esa selva.

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