miércoles, 24 de septiembre de 2008

Corrupción en España

Acaso, lo más importante no sea que España haya caído tres puestos en la lista de los países menos corruptos del mundo, habiendo pasado del puesto 25, ya de por sí muy bajo, al puesto 28, igualado con Qatar y San Vicente y las Granadinas, sino la actitud con la que encara las cosas la clase política.
Es cierto que no se trata de la corrupción real que padecemos, sino de la percepción, pero una cosa va relacionada con otra. Si no hubiera corrupción, no se podría percibir. Los responsables directos de la corrupción son, por acción o por omisión, los políticos. En España, además, esta corrupción ha generado la crisis, puesto que independientemente de que haya estallado en Estados Unidos, por un motivo concreto, a nadie le cabe ninguna duda a estas horas de que el ritmo al que se construía en España era insostenible. Y es al sector urbanístico al que se le achaca la mayor parte de la culpa de la corrupción.
Este asunto no carece de importancia, puesto que hace que decrezca la inversión extranjera. La crisis española, generada por los corruptos, la pagarán de su bolsillo quienes menos culpa tienen, los que no han adquirido ningún bien incurriendo en excesivos riesgos, los que tampoco han gastado ni más ni menos de lo que solían hacer anteriormente y han pagado a Hacienda de acuerdo con lo que establecen las leyes. Han contribuido involuntariamente a la crisis quienes sucumbieron a los cantos de sirena y se embarcaron en préstamos o créditos muy azarosos, mediante los que supuestamente iban a cumplir sus sueños, que se han convertido en pesadillas.
Y quienes no tienen intención de pagar la crisis son quienes la han generado, los ayuntamientos, a través de la concejalía de Urbanismo, los distintos gobiernos autónomos españoles y sobre todo el de España, quienes se han enriquecido especulando y los promotores ocasionales.
La disminución de la inversión extranjera en España, por culpa de la corrupción, es otro golpe más a los bolsillos de quienes no tienen ninguna culpa o si tienen alguna es por haber creído en las promesas.

2 comentarios:

Marta Salazar dijo...

muy bueno tu artículo Vicente, gracias!

sin embargo, yo pienso que la corrupción -o la probidad- no es sólo cuestión de la clase política, sino de todos nosotros, depende de nosotros castigar al corrupto y no aceptar, nos. mismos la corrupción :)

le dije ya algo sobre esto a Scriptor, más bien a un José María que entró a su blog... si te interesa, link en mi blog,

un abrazo fuerte!

Orfeu dijo...

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