Los hay que a la hora de analizar ciertos asuntos utilizan instrumentos de máxima precisión, y si con esto no sale lo que querían ver buscan la manera de que salga. Y cuando tratan de otras cuestiones dan idea de que cuánto más gorda la dicen más anchos se quedan. Ahora resulta que UPyD es un invento en contra de Rajoy. Quienes proceden de este modo a quienes retratan es a sus lectores, al dejar patente que lo único que quieren es confirmar su opinión previa.
Otros han optado por enterrar a UPyD. Dicen que ya ha tocado techo. No me meteré en terrenos propios de los adivinos, pero apuntaré algo que viene a cuento: “que toda flor que pueda florecer florezca”. Teniendo en cuenta que UPyD puede ser considerado como una flor y no como una mala hierba, conviene celebrar su llegada al mortecino mundo de la política española.
Una cuestión que ni por asomo tienen en cuenta la gran cantidad de detractores de UPyD es que en los partidos españoles sólo pueden progresar los muy egoístas, los que son capaces de hacer la pelota sin pausa. De este modo, quienes tienen ideas y ganas de trabajar por el bien común se cansan y abandonan la política. Cualquiera se da cuenta de el nivel de nuestros políticos va bajando alarmantemente mientras sube de modo más alarmante todavía el derroche de los fondos públicos. Y todavía no ha explicado nadie que beneficios proporcionan a la ciudadanía que les paga la gran cantidad de asesores o cargos de confianza o como se llamen.
Un partido nuevo siempre es una promesa de que las cosas pueden cambiar. A la vista de los nombres de los componentes de UPyD parece muy aventurado afirmar que este partido es un invento contra Rajoy, o contra cualquier otro. De momento hay que darle tiempo para ver hasta dónde llegan sus fuerzas. Y hasta dónde llega el cansancio de los votantes del PNV, de CiU, del PP y del PSOE.
Otros han optado por enterrar a UPyD. Dicen que ya ha tocado techo. No me meteré en terrenos propios de los adivinos, pero apuntaré algo que viene a cuento: “que toda flor que pueda florecer florezca”. Teniendo en cuenta que UPyD puede ser considerado como una flor y no como una mala hierba, conviene celebrar su llegada al mortecino mundo de la política española.
Una cuestión que ni por asomo tienen en cuenta la gran cantidad de detractores de UPyD es que en los partidos españoles sólo pueden progresar los muy egoístas, los que son capaces de hacer la pelota sin pausa. De este modo, quienes tienen ideas y ganas de trabajar por el bien común se cansan y abandonan la política. Cualquiera se da cuenta de el nivel de nuestros políticos va bajando alarmantemente mientras sube de modo más alarmante todavía el derroche de los fondos públicos. Y todavía no ha explicado nadie que beneficios proporcionan a la ciudadanía que les paga la gran cantidad de asesores o cargos de confianza o como se llamen.
Un partido nuevo siempre es una promesa de que las cosas pueden cambiar. A la vista de los nombres de los componentes de UPyD parece muy aventurado afirmar que este partido es un invento contra Rajoy, o contra cualquier otro. De momento hay que darle tiempo para ver hasta dónde llegan sus fuerzas. Y hasta dónde llega el cansancio de los votantes del PNV, de CiU, del PP y del PSOE.
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