Se conoce que Zapatero no acababa de comprender que los resultados de las elecciones no hubieran sido las que pronosticó el C.I.S. y por eso ha tardado unos días en reaccionar. Cuando lo ha hecho ha sido para remedar el parto de los montes: "Lo único evidente es que ustedes (el PP) siguen sentados donde están". No es evidente, pues, que el PP ha logrado más votos que el PSOE. Tampoco es evidente que si a los votos del PP se suman los de UPyD la diferencia con el PSOE es de más de un millón de votos. Tampoco es evidente la gran abstención habida en Cataluña.
Es decir, sí es evidente incluso para Zapatero, hasta esos extremos no llega su ceguera. Lo que ocurre es que no le interesa, hace caso omiso. Anuncia que va a emplear toda su determinación para hacer valer los once millones de votos que logró en las pasadas elecciones generales, cosa que hay que entender como un eufemismo, puesto que hay que traducir “toda su determinación” por “todo el dinero de los impuestos que sea necesario para pagar favores de los partidos que le den los votos que necesite cada vez”.
También dio, Zapatero, una lección a todos, o eso cree: “Las elecciones se ganan en la Carrera de San Jerónimo, no en Estrasburgo". También demostró que lo que le importa es la victoria y no el cómo, al recordar su victoria en las últimas elecciones generales, tras haber perdido poco antes las municipales, obviando que para lograr esa victoria tuvo que mentir, negando la crisis, cosa que estamos pagando ahora, porque egoístamente no tomó las medidas en el momento oportuno.
Este modo de encarar las cosas se traduce en la profundización de la fractura social, al acentuar el sectarismo, dando pie también a que crezca la xenofobia.
Es decir, sí es evidente incluso para Zapatero, hasta esos extremos no llega su ceguera. Lo que ocurre es que no le interesa, hace caso omiso. Anuncia que va a emplear toda su determinación para hacer valer los once millones de votos que logró en las pasadas elecciones generales, cosa que hay que entender como un eufemismo, puesto que hay que traducir “toda su determinación” por “todo el dinero de los impuestos que sea necesario para pagar favores de los partidos que le den los votos que necesite cada vez”.
También dio, Zapatero, una lección a todos, o eso cree: “Las elecciones se ganan en la Carrera de San Jerónimo, no en Estrasburgo". También demostró que lo que le importa es la victoria y no el cómo, al recordar su victoria en las últimas elecciones generales, tras haber perdido poco antes las municipales, obviando que para lograr esa victoria tuvo que mentir, negando la crisis, cosa que estamos pagando ahora, porque egoístamente no tomó las medidas en el momento oportuno.
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'Ensayos'
'El Gran Libro de la Historia de las Cosas'
'Anatomía de un instante'
'Yo, lo superfluo y el error'
'La hija del caníbal'
'Un día de cólera'
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