Manuel Zelaya ha pedido ayuda a la comunidad internacional, para que “no deje solo al pueblo”. Pero cuando él trataba de violentar las leyes de ese pueblo no pidió a la comunidad internacional que le diera su parecer. Si lo hubiera hecho, no hubiera dado motivos para que ocurriera lo que vino después.
La actitud de Roberto Micheletti es tremendamente antiestética y resulta muy difícil ponerse de su parte. Pero es Hugo Chávez, que se entremete en todo, el que empuja a Zelaya a navegar por aguas inciertas. Es Chávez, pues, quien debe sacarlo del lío. Se va demostrando que Hugo Chávez es amigo de José Luis Rodríguez Zapatero. De otro modo no se entendería que su gobierno se pusiera de inmediato de parte de Zelaya, siendo así que éste no le había pedido permiso anteriormente para pisar los charcos que no debía. El amigo de Felipe González es venezolano; el amigo de José Luis Rodríguez Zapatero es venezolano. Curiosas coincidencias entre dos personas que se detestan.
Hugo Chávez hace lo que quiere en Venezuela. Con el dinero de los venezolanos tiene comprados a unos cuantos presidentes latinoamericanos, e incordia a otros que no tiene comprados. Si alguno de esos presidentes afines al caudillo venezolano se le ocurre venir a España, aquí se le da todo y le permite decir lo que quiera. El gobierno español, desde antes de que lo pidiera Zelaya, “no deja solo al pueblo”. Pero todos no tienen la misma suerte. Una cosa es pedir democracia en el momento y el lugar en que lo pida Chávez, o sea, no en Venezuela, no en la Honduras de los momentos previos al golpe, y otra pedirla en cualquier otro lugar del mundo, por ejemplo el Sahara. En este caso, y siguiendo la misma rutina, el gobierno de Zapatero también está de parte del poderoso: el rey de Marruecos.
La actitud de Roberto Micheletti es tremendamente antiestética y resulta muy difícil ponerse de su parte. Pero es Hugo Chávez, que se entremete en todo, el que empuja a Zelaya a navegar por aguas inciertas. Es Chávez, pues, quien debe sacarlo del lío. Se va demostrando que Hugo Chávez es amigo de José Luis Rodríguez Zapatero. De otro modo no se entendería que su gobierno se pusiera de inmediato de parte de Zelaya, siendo así que éste no le había pedido permiso anteriormente para pisar los charcos que no debía. El amigo de Felipe González es venezolano; el amigo de José Luis Rodríguez Zapatero es venezolano. Curiosas coincidencias entre dos personas que se detestan.
Hugo Chávez hace lo que quiere en Venezuela. Con el dinero de los venezolanos tiene comprados a unos cuantos presidentes latinoamericanos, e incordia a otros que no tiene comprados. Si alguno de esos presidentes afines al caudillo venezolano se le ocurre venir a España, aquí se le da todo y le permite decir lo que quiera. El gobierno español, desde antes de que lo pidiera Zelaya, “no deja solo al pueblo”. Pero todos no tienen la misma suerte. Una cosa es pedir democracia en el momento y el lugar en que lo pida Chávez, o sea, no en Venezuela, no en la Honduras de los momentos previos al golpe, y otra pedirla en cualquier otro lugar del mundo, por ejemplo el Sahara. En este caso, y siguiendo la misma rutina, el gobierno de Zapatero también está de parte del poderoso: el rey de Marruecos.
2 comentarios:
Hugo Chávez se caracteriza por inmiscuirse en asuntos políticos de los países vecinos latinoamericanos. Eso molesta a todos. La propuesta intervencionista norteamericana en nuestros países va a la par de las acciones del Gobierno Venezuela: ¿carrera expansionista o Armamentista?
AnnaTeresa
Yo no sé por qué siempre acaba apareciendo Chávez; debe ser para que nos fijemos en el estado de sitio declarado por el gobierno golpista de Honduras. Pero, en fin, ya que está Chávez por medio, comparémosle con los políticos europeos:
1. Elección de Hugo Chávez como presidente venezolano en las elecciones generales (06-12-1998).
2. Chávez convoca un referéndum para una Asamblea Nacional Constituyente (25-04-1999). El pueblo responde afirmativamente.
3. Elecciones para formar la Asamblea Constituyente (25-07-1999), que tarda 6 meses en elaborar una nueva constitución.
4. Referéndum para aprobar la nueva Constitución (15-12-1999). El pueblo dice SÍ a la nueva Constitución Bolivariana.
5. Elecciones generales para elegir un nuevo parlamento y un nuevo presidente conforme a la Constitución recién aprobada (30-07-2000) para relegitimar a todos los cargos que habían sido elegidos conforme al anterior texto constitucional.
En apenas año y medio, Venezuela dio un admirable ejemplo democrático o, al menos, cercano a un ideal verdaderamente democrático... gracias a la ciudadanía.
¿Y en Europa?
1. Las élites políticas europeas, elegidas por los ciudadanos de la Unión, designan a dedo a Giscard para que supervise la elaboración de un texto constitucional por parte de un comité de expertos sobre los que el pueblo no puede decir ni mu (2003).
Primera diferencia: el pueblo no puede elegir a los que van a redactar el nuevo texto constitucional. No hay asamblea constituyente. La ciudadanía no puede debatir propuestas para el texto, no puede participar. Lo dicho: es el texto de las élites. En Venezuela, en su momento, se integró decididamente a amplias capas del tejido social, desde asociaciones de todo pelaje hasta los mismos sindicatos, pasando por los distintos colegios profesionales o el ámbito académico.
2. Con el texto en la mano, algunos países inician una serie de referéndums para aprobarlo mientras el resto lo despachan directamente en los parlamentos (4) (2005-2006). Contra pronóstico, en Francia (29-05-2005) y Holanda (01-06-2005) el pueblo dice NO.
Segunda diferencia: en Europa, la opción del NO carece de espacio en los medios, en las tribunas de debate, de modo que sorprende lo sucedido en esos dos países. Durante la campaña, el SÍ se impone abrumadoramente desde todos los frentes políticos y mediáticos, de modo que las voces que defienden el NO apenas gozan de espacio para hacerse oír. En Venezuela sucedió al revés: el grueso de los medios no dejaron de atacar a Chávez, por lo que el NO al nuevo texto constitucional siempre gozó de gran empuje mediático, y a pesar de ello, ganó el SÍ abrumadoramente.
3. Ante el fracaso del flamante texto constitucional, las élites europeas se reúnen en Lisboa (13-12-2007) donde aprueban el nuevo Tratado Constitucional propuesto por la presidencia alemana (19-05-2007). Aprendida la lección franco-holandesa, se «consensua» la aprobación del mismo sin necesidad de convocar referéndums, directamente en los respectivos parlamentos.
Tercera diferencia: en Europa se aprueban textos constitucionales sin el visto bueno del pueblo.
4. Irlanda, para escarnio de las élites, está obligada por ley a someter el nuevo texto a referéndum. Curiosamente, los irlandeses dicen NO al Tratado de Lisboa y Europa vuelve a «paralizarse».
5. Pasados unos meses, tras recibir algunas concesiones desde las altas instancias europeas y tras una campaña mediática durísima en la que se ha apelado al miedo al aislamiento a remolque de una crisis económica que les ha golpeado con especial severidad, Irlanda va a repetir el referéndum este Viernes (no hay forma de evitar este paso, como decía, por ley).
Cuarta diferencia: en Venezuela no se hicieron apaños para los que habían defendido el NO. Allí la ley, el texto constitucional y su aplicación posterior, es igual para todos.
Y luego nos permitimos dar lecciones de democracia...
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