martes, 2 de marzo de 2010

Apoyar a los Castro es ridículo

Las atrocidades del régimen castrista están perfectamente documentadas. Por otro lado, la lógica lleva al convencimiento que el régimen castrista necesariamente ha de ser atroz. Además, se sabe que los Castro tienen la costumbre de filmar a sus visitantes: entrega 1, entrega 2, entrega 3. Defender a los Castro ya no es únicamente ir contra la lógica y los buenos sentimientos, sino que da pie a pensar que quien lo hace puede tener algo que ocultar.
Santiago González
anuncia que no va a ver ninguna película en la que intervenga cierto actor. Pero yo sí que voy a leer los libros que han escrito otros que también apoyan a los Castro. No nos dejemos dominar por la furia. Un magnífico escritor puede ser, al mismo tiempo, un botarate de primer orden. No hace mucho, Noam Chomsky alabó de forma contundente a Chávez, cosa que sirvió para que conociéramos un poco mejor a Chomsky. El gobierno español no ha tenido más remedio que darse por enterado de que el gobierno de Venezuela colabora con ETA, algo que ya había publicado años atrás la periodista Martha Colmenares en el semanario Quinto Día de Venezuela. El propio Hugo Chávez ha explicado más de una vez que respeta a las FARC. Se han encontrado pruebas, por otro lado, de que no sólo “respeta” a las FARC. Si está vinculado a un grupo terrorista y en Venezuela hay muchos etarras, no cuesta nada llegar a la conclusión de que también “respeta” a los etarras.
El gobierno español no ha tenido más remedio que darse por enterado, como también se tuvo que “enterar” de la muerte de Orlando Zapata Tamayo. Chávez ha contestado a la acusación diciendo que es “un rezago del pasado colonial”, que es lo mismo que admitir que es cierto. La papeleta se le presenta a Zapatero: ¿Cómo quedará con sus amigos Chávez y Castro?

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