A estas alturas, cuando Hugo Chávez ya se ha dado suficientemente a conocer, todavía los hay que alegan con machacona insistencia que fue elegido democráticamente. Olvidan, por no decir que desconocen, que la cualidad de demócrata se demuestra con los hechos, no por la forma de elección.
El problema de España en este caso, con todo, no es Hugo Chávez, al que ya se debía conocer desde antes de que alcanzara la presidencia, sino el ministerio de Asuntos Exteriores de España, que buenos euros nos cuesta. ¿Cómo es que no previo el ministerio que las cosas iban a llegar a estos extremos? ¿Qué idea tiene el propio ministro de Chávez? ¡Cuánta vergüenza hemos de pasar por su culpa! Cuando no se burla del Rey, ataca a un político español en un acto internacional, en presencia del propio Rey de España y del actual presidente del gobierno. Ofende a los jueces españoles y de paso añade que en el caso de que se rompan las relaciones saldrá perdiendo España. Un tipo tan zafio como este se permite el lujo de insultar, chulear y amenazar a una nación antigua como España, que además pretende ser seria. Pero la seriedad se conoce que se perdió por el camino, cuando este gobierno decidió abrazarse al de Cuba y al de Venezuela, porque se dicen de izquierdas, y al de Marruecos, porque éste se llevaba mal con Aznar. Se han restablecido las relaciones con Marruecos, dice ufano. Lo que ocurre es que nos chulea, como Gibraltar, como Cuba, como Venezuela.
Cuando el Rey me mandó callar tuvo suerte, porque no le oí, dice Chávez. A la vista de lo que viene ocurriendo, hasta puede que Moratinos le haya reído la gracia. Hugo Chávez ha salido en defensa de los etarras, como también lo hizo en su día con las FARC. Y los españoles, muertos de vergüenza.
El problema de España en este caso, con todo, no es Hugo Chávez, al que ya se debía conocer desde antes de que alcanzara la presidencia, sino el ministerio de Asuntos Exteriores de España, que buenos euros nos cuesta. ¿Cómo es que no previo el ministerio que las cosas iban a llegar a estos extremos? ¿Qué idea tiene el propio ministro de Chávez? ¡Cuánta vergüenza hemos de pasar por su culpa! Cuando no se burla del Rey, ataca a un político español en un acto internacional, en presencia del propio Rey de España y del actual presidente del gobierno. Ofende a los jueces españoles y de paso añade que en el caso de que se rompan las relaciones saldrá perdiendo España. Un tipo tan zafio como este se permite el lujo de insultar, chulear y amenazar a una nación antigua como España, que además pretende ser seria. Pero la seriedad se conoce que se perdió por el camino, cuando este gobierno decidió abrazarse al de Cuba y al de Venezuela, porque se dicen de izquierdas, y al de Marruecos, porque éste se llevaba mal con Aznar. Se han restablecido las relaciones con Marruecos, dice ufano. Lo que ocurre es que nos chulea, como Gibraltar, como Cuba, como Venezuela.
Cuando el Rey me mandó callar tuvo suerte, porque no le oí, dice Chávez. A la vista de lo que viene ocurriendo, hasta puede que Moratinos le haya reído la gracia. Hugo Chávez ha salido en defensa de los etarras, como también lo hizo en su día con las FARC. Y los españoles, muertos de vergüenza.
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