viernes, 4 de junio de 2010

Carod, el tocino y la velocidad

Dicen que no hay que confundir el tocino con la velocidad, de modo que hay que darle a Carod, que no conducía, lo que es de Carod. Por otro lado, tampoco cabe decir que a Carod le disguste salir en los medios, más bien da la impresión de que disfruta con ello, incluso da la impresión de que cuando más le atacan más contento se pone, así que, probablemente, no hago más que satisfacer sus deseos.
Dicen de Carod que, con los impuestos de los españoles, ha dado varias vueltas al mundo, siempre con la intención de perjudicar a España. Es posible que él diga no es así, que España roba a los catalanes. Curiosa actitud la suya entonces, puesto que España roba a Cataluña él derrocha dinero que podría servir a los catalanes en apuros (dice que no derrocha, que gasta lo preciso; voy a preguntar a algunos parados cuánto es lo preciso).
A Carod lo han pillado hace poco circulando a mucha mayor velocidad de la que permite el código de la circulación. La cuestión no es nueva. El portero de la finca en la que un relevante político valenciano del pasado tenía su despacho profesional iba todos los días a las oficinas del gobierno civil para pagar las multas que por exceso de velocidad le imponían en la autopista. Ellos ponen las leyes, ellos las incumplen, puesto que tienen dinero para pagar las multas. Consideran pues que las leyes son para los pobres. Txiqui Benegas fue pillado conduciendo a velocidades de propias de los fórmula 1. Por lo menos, estos dos personajes citados pagaban las multas de su bolsillo. En el caso de Carod la cosa es diferente. No se puede suponer que el conductor conducía a esa velocidad por decisión propia, es más probable que se lo ordenaran. Sin embargo, lo han castigado a él a estar un mes sin conducir y le han quitado unos puntos del carnet. La multa puede que sea pagada con impuestos de los españoles. Carod ha alegado que tenía mucha prisa. ¿Qué trastada requería tanta urgencia? Los políticos hacen las leyes, no las cumplen y además no sufren castigo. ¿Por qué no ha previsto la ley que en estos casos el político responsable del desaguisado pase un mes en la cárcel? Ahora podrían estar juntos Carod y Fernández Vara.

'Bajo toda la lluvia del mundo'
'¿Quiere usted hablar mejor?'
'Sabiduría esencial'
'La llave del secreto'
'El estupor y la maravilla'
'Mil millones de mejillones'
'Camaleones, desmemoriados y conversos'
'Compañeras de viaje'

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