Marruecos es un país vecino y, por tanto, resulta indispensable tener buenas relaciones con él; ahora bien, de eso a casi meterse en la cama con Mohamed como hacen Moratinos y Zapatero va un trecho. A Mohamed hay que mantenerlo a una distancia prudente y conviene procurar que no tenga ventaja. Y si se empeña en tensar la cuerda, se corta y a otra cosa. Creo que algún gobierno español ha hecho eso y no se ha hundido el mundo.
Zapatero se lleva bien con Mohamed, que es un dictador de derechas, y se lleva bien con Chávez y Castro, que son dictadores de izquierdas. Se conoce que a Zapatero sólo le molesta un dictador y porque está muerto. De esta actitud cabe pensar que si hubiera sido coetáneo de Polanco, Cebrián, Haro Tegclen y otros hubiera intentado medrar en el régimen de Franco, como hicieron ellos.
Zapatero siempre pilla a contrapié a Rajoy, parece tenerle tomada la medida, pero Mohamed se la tiene tomada a él. Ahora le ha obligado a que le pida perdón. ¡Zapatero pidiendo perdón a un dictador al que molestaba el ruidito de unos helicópteros españoles que abastecían a las tropas españolas en Alhucemas! Mohamed abusó de Zapatero, o de Moratinos, en el caso de Aminetu Haidar, y el presidente español dijo que lo importante era llevarse bien con Marruecos, y Sarkozy tuvo que buscar una fórmula que fuera satisfactoria para Mohamed y que Haidar no pudiera rechazar. Mohamed es experto en causar molestias a los demás, basta con preguntar a sus presos políticos; basta con preguntar a los ciudadanos de Ceuta y Melilla; basta con ver las jugarretas que hace a España. Mohamed también tiene la costumbre de condecorar a quienes, a pesar de todas las atrocidades que comete, lo defienden. El hecho de que haya protestado por el ruido de los helicópteros demuestra que no respeta a España ni a Zapatero.
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