Es lo que han decidido ellos. Las pensiones de los ciudadanos sí que se tocan. Lo han decidido los diputados y los senadores. La edad de jubilación de los ciudadanos también se toca, por decisión de los diputados y los senadores. Los ciudadanos, ya se va viendo, no pintan nada. Se les pide que voten unas listas. Quienes hacen las listas son los que mandan.
A los políticos se les paga un sueldo (que se ponen ellos) por administrar el país. Está unánimemente reconocido que en España no se reconoció la crisis, cuando ya mordía con saña, por motivos electorales. Es decir, los diputados y senadores no hicieron bien su trabajo de administrar el país. Las consecuencias, por lo que se ve, las pagamos todos excepto ellos. Es cierto que algunos trataron de alertar de lo que venía, pero no es menos cierto que lo hicieron cumpliendo órdenes. Porque en España hay unos pocos políticos que dan las órdenes y los demás obedecen. Las deudas de las Comunidades Autónomas son desorbitadas. Esa es parte de la culpa de que las pensiones de los ciudadanos y los sueldos de los funcionarios y la edad de jubilación hayan sido modificados o estén en peligro de serlo. Los diputados y los senadores no han sabido evitar esto, quizá porque no se lo han ordenado.
Porque la labor fundamental de los diputados y senadores consiste en obedecer. Ellos obedecen fielmente, porque saben lo que les toca si no lo hacen. Pero no obedecen a quienes les pagan los sueldos, como se puede pensar si antes se ha dicho que estamos en una democracia, sino a quienes hacen las listas. De modo que cuando asisten a una sesión se fijan en la orden que les da quien está encargado de ello. Algunos apuntan en un papel, SI o NO, para no equivocarse a la hora de votar. Hay quien a eso le llama responsabilidad. Otros preferimos llamarle corrupción, no al hecho de apuntarlo en un papel, que es una memez, sino al de votar lo que les ordenan.
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