Esto, que es obvio, es lo que, inesperadamente, mantienen algunos. A Alemania no le interesa bajo ningún concepto que quiebre España. Ambos países pertenecen a la Unión Europea y a ninguno de los países miembros le interesa la quiebra de ningún otro. Alemania es, además, uno de los países fundadores.
Cuestión distinta es que entre los países que conforman la Unión exista rivalidad y que tampoco pueda descartarse el juego sucio y la prepotencia en sus relaciones. El nacionalismo es una peste de la que no sabemos si nos podremos librar alguna vez.
Lo que ocurre con Angela Merkel es que como política es una enana. Cuando comenzaron a morirse alemanes a causa de una bacteria que aún no se sabe de dónde procede buscó culpar a alguien que no fuera alemán. Un indicio débil relacionó la epidemia con el pepino español y las autoridades alemanas no se lo pensaron dos veces. Eso es una irresponsabilidad grandísima que ha hecho un daño enorme. Angela Merkel no tiene categoría para ser la presidenta de Alemania.
El indicio era débil porque en España no ha habido ni un solo caso. Se supone que la presidencia de Alemania debe estar en manos de alguien con capacidad lógica.
La Unión Europea, de la que tan orgullosa está Alemania, tampoco ha reaccionado con presteza; el país presidido por Sarkozy, otro que tal, lo ha hecho con pillería. Arreglados estamos.
Quienes explican que Angela Merkel no conspira contra España, por lo general, lo que pretenden es cargar todas las culpas sobre Zapatero, por no haber reaccionado con prontitud. Es cierto, la respuesta del presidente español no ha sido todo lo contundente que debiera, pero el mal viene de Alemania y pasa por la Unión Europea. No obstante, también hay que puntualizar que Zapatero está en inmejorables condiciones para jugar sus bazas. No le preocupa, como a Merkel, la reacción del electorado, puesto que su tiempo político está a punto de acabar para siempre. Podría y debería haber dado un grandísimo puñetazo en alguna mesa, en la de Merkel concretamente. Pero no tiene fuelle el pobre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario