Si se pone en el buscador Alberto Castillo Alzira se accede a una lista de enlaces en los que se percibe la preocupación de una serie de personas, cuyo temor no se basa precisamente en lo que haya podido ocurrir al citado señor, sino que comienzan a sospechar que han perdido su dinero. Pero en todos los enlaces no hay temor, hay uno, datado en el verano pasado, en el que la alcaldesa de Alzira, Elena Bastidas, alaba al empresario Alberto Castillo.
La misma alcaldesa, en la información publicada ayer por el diario Las Provincias, aconsejaba a los clubs deportivos locales a ser prudentes en la confección de sus presupuestos, dado que su patrocinador, el citado Alberto Castillo, aparentemente ha desaparecido.
En la web de Alzicapital, una de sus empresas se ofrece una rentabilidad muy superior a la de otros grupos de inversión. Pero si se busca Alzicapital también se puede llegar a la web de Rankia, en donde se informa que esta empresa ofrecía el 60% de interés anual. Incluso da un enlace, http://www.alzicapital.com/pdf/certificado.pdf , que ya no funciona. El diario Levante-EMV también dice en su reportaje que garantizaba el 60% de interés.
La prudencia más elemental aconseja salir corriendo cuando alguien ofrece duros a cuatro pesetas. Por si alguien ha olvidado lo que era un duro conviene recordar que valía cinco pesetas. Y hay que adoptar esta actitud porque la experiencia demuestra que la codicia es muy fuerte y que nadie está a salvo. No hay más que recordar que hasta financieros españoles muy versados en todo lo que se refiere al mundillo de los negocios confiaron en Madoff por la cara. Ofrecía grandes rentabilidades y tenía buen nombre. La lógica, no se sabe por qué razón, suele dejarse olvidada. ¿Qué hay que hacer para poder pagar esos intereses? Por lo visto, nadie en Alzira, una ciudad de más de cuarenta mil habitantes, se había hecho esta pregunta. Se la están haciendo ahora.
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