Podría pensarse en un principio que el absceso pélvico, suponiendo que sea cierto que eso es lo que tiene, le habría sobrevenido en La Habana y que por ese motivo había sido intervenido allí de urgencia. Pero ya lleva casi dos semanas en Cuba. Cabría esperar que dos o tres días después de la intervención quirúrgica hubiera regresado a Venezuela, para que le practicasen allí las curas y controlasen su salud.
El hecho de que siga en Cuba da que pensar que quizá ya fue allí con la intención de ser intervenido en ese país y prefiere continuar allí hasta ser dado de alta, porque lo más probable es que no se fía del personal sanitario de su país, quizá teme ser envenenado o drogado. Una vez que muera él, Venezuela será libre, de modo que no puede sentirse seguro en ella.
En Cuba cambian mucho las cosas. El gobierno de los hermanos Castro necesita sus donativos, porque si fallan éstos caerían ellos de inmediato. De modo que por la cuenta que les trae han de mantener vivo a Chávez. Los médicos que le atienden y el resto del personal sanitario ya tendrán especial cuidado de no fallar, porque cualquier error les llevaría al paredón.
En Venezuela hay problemas gordos, de modo que los policías y las bandas que tienen permiso para actuar deben de estar trabajando a pleno rendimiento para mantener quieta a la población.
Desde Cuba, Chávez ha dado orden de acabar con la corrupción en las cárceles del país. Ya se sabe que para Chávez corrupción es todo lo que él dice que es corrupción. Amnistía Internacional reclama la reforma urgente de las cárceles venezolanas, en las que los presos están en condiciones crueles, inhumanas y degradantes. El corrupto gobierno de Chávez es brutal. No extraña que tema estar al cuidado de los sanitarios venezolanos.
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