Si el caso Gürtel ha acabado con la carrera política de Camps, aunque él se niegue a reconocerlo, lo de Rubalcaba es peor. Camps tiene la intención de seguir en su cargo aun en el caso de ser condenado. En cambio, Rubalcaba no podría seguir si lo fueran sus subordinados de Interior.
La cuestión consiste en que el juez Ruz ha imputado a tres altos cargos del ministerio del Interior por el chivatazo del caso Faisán. Evidentemente, El País no va a tratar este asunto como el Gürtel, sino que lo va a presentar durante todo el tiempo que dure a su manera. Por su parte, El Mundo no le va a dar el mismo tratamiento a Rubalcaba que a Zapatero. Pero nada de lo que haga ningún periódico mitigará la gravedad de los hechos, que pesarán como una losa sobre los protagonistas.
A partir de ahora, y durante una buena temporada y eso en el mejor de los casos, la sombra de la sospecha pesará sobre el candidato Rubalcaba. Además, se trata de un asunto que tiene que ver con ETA y eso, junto con la legalización de Bildu, tiene que influir mucho en el ánimo de los votantes.
A la vista del ridículo programa que ha ofrecido el candidato del PSOE y de las sospechas que gravitan sobre su equipo y por tanto sobre él, sería conveniente que este partido pensara en otro candidato. Dado que ya había sido designada Chacón y que demostró una gran disciplina al retirar su candidatura cuando se le pidió que lo hiciera, sería justo optar por ella en estos momentos. Quizá pueda llegar a ser presidenta, como sueña.
Hay que tener en cuenta que si Rajoy fuera tan bueno como se supone que debe ser el líder del PP en las circunstancias actuales ni Zapatero ni Camps estarían ya en la política, quizá tampoco Rubalcaba, y que Cospedal no sería presidenta a tiempo parcial.
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