Fue ayer, día 18 de julio, cuando El País cargó con todo contra Zapatero. Quizá la fecha elegida no fuera casual. Lo raro es que El País haya tardado tanto tiempo en darse cuenta, puesto que desde su más tierna infancia Zapatero viene demostrando de lo que es capaz.
Hace pocos días estuve en la peluquería. El peluquero me contó que como tenía un dinero ahorrado que no le producía nada su mujer fue a pedirle consejo al director la sucursal de Bancaja en donde lo tenía, y éste le propuso que comprara acciones de Bankia. ¿Qué le iba a aconsejar? Para alguien que entra por primera vez en la bolsa, con intención ahorradora, Bankia no era la mejor opción, pero sí lo era en ese preciso momento para el director de la sucursal.
¿Qué ofrece El País a cambio de ese Zapatero al que quiere dar la puntilla? La mejor alternativa para el PSOE y para España, tal y como están las cosas, es Chacón, pero eso no le conviene a El País, que nos ofrece al emplumado Rubalcaba. No trata igual este periódico a Camps y a Zapatero que a Rubalcaba, que está en el gobierno de éste.
Lo de quitarle las plumas, tarea en la que parecen empeñados este diario y otros, y hoy mismo se puede comprobar, es una tarea poco menos que imposible. Pero nada de esto arredra a quienes se creen imbuidos por un gran poder de convicción.
Es curioso, por otra parte, lo que ocurre con Felipe González. Mientras los hay que se empeñan en culpar a Aznar del descalabro económico de Zapatero, nadie se remonta más en el tiempo por si el tal González tuviera alguna responsabilidad también. Que la tiene, pero no sólo de la época en que gobernaba, sino desde que llegó a España. Algo tiene que ver en el sistema político que tenemos y que ha propiciado que alguien como Zapatero llegue a la presidencia del gobierno, y que la oposición no haya sido capaz de desbancarle.
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