Se conoce que los políticos, a lo largo y a lo ancho de lo que todavía se llama España (y tendrá que seguir llamándose así durante algún tiempo, porque se ha acabado el dinero para bromas), ensoberbecidos en su convicción de que eran más demócratas que nadie, olvidaron los principios de la democracia.
Así por ejemplo, el Parlamento andaluz ha venido rechazando, una tras otra, hasta un total de 24, todas las comisiones de investigación que se han propuesto. Los legisladores instauraron, sin ningún pudor, la dictadura de las mayorías no ya sobre las minorías, sino sobre la misma razón. No importa que haya mucho que investigar, que los ERE desprendan el olor de la cocaína, cuando no de la desvergüenza pura. Es necesario obtener un número mínimo de votos para establecer una comisión de investigación. Y los votos están sujetos a la disciplina del partido, algo profundamente antidemocrático, y que, sin embargo, defienden nuestros más altos representantes políticos. El comentario que merecería esta actitud bien podría ser este: así nos va con este ganado.
El problema se multiplica si se tiene en cuenta que estas cosas no sólo ocurren en Andalucía, sino que se reproducen por toda España. Además de los citados problemas para crear estas comisiones suele ocurrir también que si el partido de la oposición pide que se le entreguen los documentos que necesita para poder controlar la acción del partido del gobierno, éste, sistemáticamente, se niega a entregarlos.
Los partidos políticos lo podrían arreglar poniéndose de acuerdo, pero se limitan a protestar en donde son oposición y a obstruir la labor de ésta en donde mandan. Tenemos un régimen dictatorial a lo largo y lo ancho de España, en el que ni la Justicia es independiente. Luego se acumulan los casos de corrupción. Pero los políticos no suelen ir a la cárcel.
'Novelas ejemplares de Miguel de Cervantes''La crisis del euro'
'Zero'
'Cuentos nevados de Phil y Maya'
'El Conde Lucanor'
'Contra el insulto'
'Milagros de Nuestra Señora contados a los niños'
'El hombre que quiso entrar en Auschwitz'
1 comentario:
Una persona normal no se apunta a un partido, donde además ha de pagar una cuota. Tiene que ser alguien interesada en sacar algo de principio.
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