Los pésimos gobernantes que hemos tenido en España nos han puesto en situación vulnerable y encima nos quieren convencer de que la culpa es nuestra, de los ciudadanos, y, no obstante, las torpezas continúan.
Zapatero se ha ido a supervisar las nubes y desde entonces no llueve (como me recuerda una de mis queridas amistades). Las nubes están encantadas con él, claro. Como no le conocen, le votan todas. Cuando se vayan a dar cuenta, ya será tarde.
En Valencia hemos tenido a otro que se llama Camps cuya mayor aportación ha sido al sistema de pesas y medidas. A partir de Camps, un corte pelo, por ejemplo, vale un cuarto de huevo, y el canon de la Fórmula 1 una enorme pila de huevos. Luego, no quedan suficientes huevos para pagar a los proveedores, ni a los colegios, ni a las farmacias. Había otro en Valencia que luego se fue a Madrid que necesita que todo el mundo esté pendiente de él y si se le rompe el coche se han de enterar hasta en la China. Políticos que se dediquen a trabajar calladamente por el bienestar de los ciudadanos hay menos.
En este contexto cabe entender que algunos estudiantes valencianos protestaran desde hace algunos días por los recortes, y que incluso, para hacerse notar, interrumpieran a ratos el tránsito rodado. El mayor tesoro de cualquier país es el compuesto por los estudiantes. Habría que cuidarlo mucho. Y sin embargo se recorta en Educación, Sanidad e Investigación. ¿Es seguro que no hay nada más que recortar? ¿Es seguro que las otras partidas en las que se sigue gastando son imprescindibles?
La cuestión es que los estudiantes estaban protestando, y creando pequeños problemas. Y alguien se le ha ocurrido que los problemas no tienen por qué ser pequeños, tienen que hacerse grandes. Y en esas estamos. Y aquí no dimite nadie. Quienes consideran a la política como una profesión no suelen hacerlo.
1 comentario:
Hola, muy bueno lo que las nubes...
si se puso a mirar cielo gafó la lluvia...
Un saludo
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