viernes, 26 de abril de 2013

Recortan a los demás, pero ellos cobran

Negros nubarrones se ciernen sobre los pensionistas, presentes y futuros. Tenemos un sistema político que ya se ha visto que no ofrece garantías a los ciudadanos, puesto que las tropelías se suceden, en todos los ámbitos, sin que se vislumbre que es posible frenar este estado de cosas.
Rajoy ha dicho lo siquiente:
Este Gobierno que tiene una extraordinaria sensibilidad con la gente, me consta y sé que es el único desvelo que tiene. Hay gente que pierde mucho tiempo hablando y mientras el Gobierno está trabajando".
Le consta a Rajoy. Lo que le consta al ciudadano es que hay diputados, de varios partidos, que tienen casa en Madrid y cobran dietas de desplazamiento. El presidente del gobierno tiene derecho a opinar que estos diputados tienen sensibilidad. Y, por su parte, los ciudadanos tienen derecho a pensar que eso es una burla. Recientemente, el Supremo ha archivado una querella contra estos diputados. Es legal lo que hacen. ¿Cómo no va a ser legal, si las leyes las hacen los mismos diputados?
Mónica Oltra pidió en las Cortes Valencianas que se instara a los partidos para que reformen la Constitución. Se le opuso con vehemencia una socialista y fue aplaudida por los diputados del PP. Probablemente, muchos de los puntos que proponía no sean recomendables, pero es improbable que la reforma pudiera salir exactamente como la pidió. Lo que escama es el empeño que ponen los dos grandes partidos en mantener el actual sistema, sin perder de vista que a quienes más conviene es a los nacionalistas.
La sensibilidad de la casta política tiene relación con su estatus, que trata de mantener a toda costa. En relación con los contribuyentes, consiste en recabar sus votos. Es lo único por lo que se preocupa. El panorama, en estas circunstancias y con esta tropa a cargo de la situación, es deprimente.

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