domingo, 28 de abril de 2013

Lo de la gente pija

Ella nunca ha sido una pija, dice, porque siempre ha trabajado. De modo que primero queda mal con unos y luego con otros, pero a ella eso le da igual porque el dedo que la señaló para darle el cargo sigue apuntándole.
No es que la Cataluña actual sea una caricatura antipática de sí misma, en la que muestra lo peor y esconde aquellas virtudes que la hacen admirable y envidiable, es que la Delegada del Gobierno en Cataluña es el vivo ejemplo de como se hacen las cosas en todos los rincones de España. Se dan los cargos a las personas en función de su fidelidad al líder, de su sumisión a los mandos.
Esta mujer quizá fuera muy competente en su profesión, que no sé cuál es, ni me importa, pero lo que viene al caso es que para política no sirve. Esa frase que dijo, y que la retrata, es propia de un niño, no sé si de diez años o de menos. Hay niños que a los diez años ya tienen mucha madurez.
De modo que los obreros, en paro o trabajando por una miseria, han de estar agradecidos a la gente pija, porque sin ella aún estarían peor. Eso no lo puede decir una persona sensata y menos todavía una alguien que se dedica a la política. Si además milita en el PP, el error es imperdonable. Si esto que ha dicho ella hubiera salido de la boquita de una del PSOE (y algunas de este partido también han dicho solemnes bobadas) los de su cuerda hubieran sabido disculparla. Las bobadas de los PP son difíciles de disculpar, aunque en justicia no se deberían disculpar las de nadie.
Por otro lado, habría que comparar lo que ocurre en los países con tradición democrática con lo que ocurre en España. Muchos de los políticos españoles, si lo fueran en esos países con tradición democrática, hubieran tenido que dimitir.

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