jueves, 4 de abril de 2013

El golf de Aznar

Se ha apresurado a pagar la factura. Es que se tuvo que enterar por la prensa de que las cosas hay que pagarlas. En algunas cosas, los partidos se parecen mucho. Aún colea el recuerdo del “gratis total”de Solchaga.
Lejos quedan esos tiempos, pero no podían ser muy diferentes de los actuales; al menos, en el plano político. Cuando Aznar fue designado por el dedo de Fraga, se hablaba mucho de la mansión que acababa de hacerse su antagonista González y que, quizá, no le costó muy cara. Aznar sacaba pecho entonces: “yo tengo una casa normal y un coche de segunda mano”, decía. Las cosas evolucionan y lo hacen en el sentido lógico; al menos, según la lógica a la que nos tienen acostumbrados en España.
Fue González, el tal Felipe de mi vida que le cantaban, quien dijo su frase para la Historia: “Aznar y Anguita son la misma mierda”. Pues no. Habrá ido a un colegio de pago, pero tino no tiene mucho. Son más parecidos Aznar y González que Aznar y Anguita. Por lo menos, éste último no gusta del lujo y la ostentación. Ha renunciado a todas las ventajas con que han sabido dotarse los políticos españoles, pues dice que puede vivir perfectamente con la pensión de maestro. Los otros no “pueden”, indudablemente. Aunque como dicen que querer es poder, a lo mejor lo que ocurre es que no quieren.
González y Aznar, que tienen más puntos en común de lo que se creen, también tienen suerte. A ambos los han hecho buenos sus sucesores. Sólo faltaría que también se reencanaran en pájaros, como Chávez y se dedicaran a incordiar luego por ahí. Sería conveniente que cuando les llegue la hora los lleven a morir a Benarés. Total, si ya les pagamos las clases de golf, o los viajecitos en el Azor, también les podemos pagar un viaje a ese sitio.

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