martes, 27 de marzo de 2007

Eduardo Mendoza alaba a Otegi

Y critica al PP por no plegarse a lo que a él le gusta. Ignora que somos muchos los que no estando a lo mejor conformes con los modos del PP, sí lo estamos en el fondo de la cuestión. No somos pocos los que deseamos poder mirar a la cara a Consuelo Ordóñez, a Pilar Elías, a María Jesús González, o a Irene Villa, o a cualquiera de las muchas víctimas del terrorismo. ¿Por qué el gobierno de España ha de ceder ante ETA? Si la existencia de la banda le restara votos al PNV en vez de dárselos, otro gallo nos cantaría.
En el artículo, hace un repaso de las cualidades de Otegi, al que presenta como buen mozo, algo gordito, dominador del medio en el que se mueve, etc. y tilda de ridículo el incidente judicial que tanto dinero nos costó a los ciudadanos y tanto bochorno nos causó. A lo que no hace referencia Eduardo Mendoza al referirse a quien es objeto de su admiración es a su discurso, puesto que de haberlo hecho, como él bien sabe, se le hubiera caído el personaje al suelo y se le hubiera hecho pedazos. El discurso de Otegi, en el mejor de los casos para él, es incoherente, insostenible, mal expresado y revelador de una personalidad malvada. En el peor de los casos, lo remite directamente a la cárcel.
No explica Mendoza p0r qué lo que hace el PP está mal y cuáles son los motivos por los que el batasuno le cae bien. Y tampoco hace saber las razones por las que los ciudadanos pacíficos debemos plegarnos a las exigencias de los asesinos, ni por qué diablos hemos de creer que no hay más opción que esa.
La cuestión es que interesa presentar a Otegi por lo que no es y ahí está, obteniendo más protagonismo que quienes han de mirar debajo del coche cada vez, como María San Gil, cuyos guardaespaldas probablemente las pasan moradas, Rosa Díez, a quien apenas hacen caso, etc. Y se intenta desacreditar al Foro Ermua y eso cuando no tratan a sus componentes a patadas. Pues yo no aplaudo a Otegi y me sabe muy mal que no lo hayan encerrado.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo.

Anónimo dijo...

Creo, Vicente, que no ha leído bien el artículo de Eduardo Mendoza. Cuando yo lo leí no ví el menor atisbo de alabanza. Todo lo contrario, era un reflejo de ejercicio literario pleno de ironía en el que el "retrato" de Oteguí reflejaba un enorme desprecio por el personaje.
De verdad, no tengo ninguna duda al respecto. No entiendo cómo lo ha podido leer en otro sentido.