En cuanto a la libertad se refiere, no hay nada como los blogs. O, al menos, eso creo. Escribo sobre lo que considero conveniente y del modo en el que creo que debo hacerlo. Acaso no sea ocioso decir que comprendo que me puedo equivocar y que probablemente me he equivocado muchas veces, pero lo que no he hecho aún es escribir algo que vaya en contra de lo que pienso. Y esto ha sido así desde el principio, en este blog y en sus gemelos. Y en cuanto no pueda ser, dejarán de existir todos. Lo que antecede viene motivado por la columna que Andrés Aberasturi dedica, hoy, en Valéncia hui a Hermann Tersch. He comenzado escribiendo que la libertad está en los blogs, lo que quizá sea una apreciación mía, pues me parece que antes de comenzar un periódico ya sabe uno en que dirección van a ir los artículos que contiene. Por lo menos, los de sus firmas habituales. Pero un periódico se debe a sus lectores, que son quienes hacen posible su subsistencia. Por tanto, debe tomar sus decisiones pensando en éstos. Al darle a elegir a Hermann Tersch entre Telemadrid o El País, no se defienden los intereses de los lectores, sino los de la empresa editorial, que quedan, pues, por encima de éstos. Un periódico se justifica por sus ventas. Pero el hecho de que haya más o menos gente que compre un periódico no significa que esté de acuerdo con lo que hace. Lo que ocurre es que probablemente todos los periódicos actúan de ese modo. Sabido de que pie cojea cada uno, se tienen en cuenta otros factores. Pero el ultimátum que se le planteó a Hermann no sólo le afecta a él, sino que pone en entredicho a todos los demás. Ya se sabe que el grupo Prisa no tolera ciertas cosas. Quien se mueva no sale en la foto.
2 comentarios:
Sin leer a Aberasturi. Hermann Tersch ya había elegido entre El País y Telemadrid. Su última etapa en el País era penosa, se reducía a la defensa numantina del estado de Israel (me figuro que él es hebreo)sin argumentos y nos hacía incómoda la lectura a muchos que ya sabíamos que por B o por C siempre tocaba lo mismo. A la vista de que su situación se iba enrareciendo su salida es muy inteligente: colaborar con Telemadrid, esperar el toque del País e irse indigando por la puerta grande a un medio, eso sí público -Teleespe- en el que parece que sí hay libertad de expresión. Espero que ocupe el puesto de otro ínclito opinante, especialista en nadar en aguas revueltas,el Sr. Yanke, porque a Sánchez Drago creo que le quedan pocos telediarios.
Jesús Rodríguez
Sr. Jesús Rodríguez:
Conviene usted, entonces, en que el que se mueve no sale en la foto.
Saludos,
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