martes, 13 de marzo de 2007

Murla


Murla es un pequeño pueblo que en los últimos tiempos ha llegado hasta los 500 habitantes. Está enclavado en el Valle del Pop, también llamado Caballo Verde, en la provincia de Alicante. Su economía siempre ha sido fundamentalmente agrícola, siendo la base de sus cultivos el moscatel romano, para uva de mesa o para hacer pasa, las algarrobas, aceitunas y almendras. También hay algunos campos de naranjos. El castillo fue convertido en iglesia en el siglo XVI. Hay una fuente con varios caños a cuya vera está el lavadero público. La fuente está en un nivel más bajo que el de la calle y hay unas escaleras por las que se baja hasta el lugar, amplio, espacioso y pavimentado en el que desagua su manantial. Una estampa tradicional de la villa es la de la gente que va a llenar su botijo y a la vuelta da a beber el agua fresca a aquellos con quienes se cruza. Se trata de un pueblo alegre y festivo. Muchos de sus habitantes emigraron el siglo pasado a Estados Unidos, mientras que los de otros pueblos de los alrededores, como Parcent o Jalón, eligieron Argentina. Los emigrantes suelen volver de vacaciones a Murla, por lo que el pueblo cambia su faz en verano y sobre todo en agosto, cuando celebra sus fiestas patronales. Pese a tratarse de un pueblo tan pequeño, no carece de hijos ilustres, como el P. Pedro Vives Ivars, franciscano, autor del primer catecismo; el P. José Reig Riera, jesuita; y el P. Miguel Sirera Pastor, franciscano. Nacidos en Murla son también los historiadores Severino Giner Guerri, entre cuyas obras quiero destacar precisamente la Historia de Murla, y Daniel Sala Giner, autor entre otros títulos de El Tribunal de las Aguas de Valencia. Cabe reseñar también que no sólo veranean en el pueblo los emigrantes añorantes de su tierra. También lo hizo antaño el Dr. Calatayud Bayá, presidente que fue de Lo Rat Penat y médico del arzobispo. Y otros valencianos ilustres, entre los que quizá destaque el catedrático de filosofía jubilado José Guerri Núñez, cuyos tres hijos triunfan cada uno en su faceta. Es destacable también la gran afición de los habitantes del pueblo por la pelota valenciana en la calle, siendo figuras legendarias de este deporte, cada uno en su tiempo, el Nel, Silvestre el papa y Tonico.

'Hablar con corrección'

'En compañía del sol'

`Teresa de Jesús´

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