miércoles, 7 de marzo de 2007

Ribarroja

Quizá sea correcto que los partidos políticos reciban donaciones de particulares y lo seguro es que resulta inevitable que suceda así. Pero lo que no debería ocurrir de ningún modo es que se hicieran donaciones a los ayuntamientos. Éstos representan a toda la ciudadanía y, por tanto, debe preservarse concienzudamente su dignidad. Los ciudadanos pagan sus impuestos y no tienen el porqué deber favores a nadie. Los ayuntamientos deben ajustar sus presupuestos de modo que sus ciudadanos sepan que la ciudad que disfrutan, o padecen, es fruto de su esfuerzo y no de otra cosa. Sin embargo, según informa el diario El País, el ayuntamiento de Ribarroja aprobó el presupuesto para este año, contando con que la mitad proceda de donaciones de los constructores. Me parece un grave error, puesto que aunque fuera verdad nadie puede creer que esos donativos sean gratuitos. Y en el caso de que lo sean, tampoco, como he dicho antes, los ciudadanos tienen el porqué sentirse en deuda con nadie. Por otro lado, quienes dan el dinero al final resultan ser los compradores de los pisos, a los que nadie va a agradecer nada. El asunto de los regalos de los constructores se vuelve más feo a la vista del documento que publica Las Provincias, que es una carta de un promotor, que lleva el sello del registro de entrada del ayuntamiento, en el que el primero ofrece 120 350 euros, una importante cantidad de ellos era para la caja. Si algún ciudadano quisiera beneficiar altruistamente a su ciudad, podría hacer el donativo directamente al asilo, si lo hay, a la banda de música o a la biblioteca, sin que el ayuntamiento tuviera que intervenir para nada. Pero se conoce que quienes piensan que todo lo que se puede hacer es correcto, o ético, son quienes llegan a los puestos de mando. Con estos métodos los ayuntamientos pueden tener más dinero, pero si sus responsables no han sabido cuidar las apariencias, también es presumible que descuiden el resto.

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