Para quien ya ha probado las mieles del poder en casi todas sus formas y no necesita de la política para vivir, no es lo mismo ostentar la presidencia que tener que sentarse en el duro banco de la oposición, por más que alianza gobernante esté tan cogida con alfileres que pueda romperse en cualquier momento. Los electores pueden sentirse defraudados al ver que aquellos que libremente y sin que nadie les obligue se presentan a las elecciones, les vota un gran número de gentes, pero como ese número de votos no ha llegado hasta cierto tope, se van. Esta actitud da a pensar que o bien se equivocó el partido al ponerlos en la lista, o lo hicieron quienes le confiaron su voto, puesto que no ha sido capaz de hacer un mínimo sacrificio por ellos. Estas cosas no las piensa J. Matas, que se dispone a disfrutar de lo que considera un bien merecido descanso, pues ya lleva muchos años en la política. A tenor de la mansión en la que va a disfrutar de su dorado retiro, no le falta dinero y en no faltándole, tampoco carecerá de amigos y de gente que le agasaje.
Rajoy dijo aquello de “aquí no dimite nadie”, lo cierto es que no se le hace mucho caso, o por lo menos no se le nota que imponga el orden. Hasta se hacen cábalas sobre quien logrará ser su sucesor. Los mejor colocados en las apuestas vienen siendo Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz Gallardón. Imaginemos entonces que quien se lleva el gato al agua es Francisco Camps, que lee mucho a Baltasar Gracián, y concretamente El Arte de la Prudencia. Sería digno de ver entonces el tipo de relación que tendrían Camps como secretario general del partido y Zaplana como portavoz. Porque si hay algunos que tienen la dimisión fácil, hay otros que no se despegan del sillón ni con agua caliente. Y no será porque no dispongan de casa, que también la tienen. Ignoro cual de las dos es más grande.
Rajoy dijo aquello de “aquí no dimite nadie”, lo cierto es que no se le hace mucho caso, o por lo menos no se le nota que imponga el orden. Hasta se hacen cábalas sobre quien logrará ser su sucesor. Los mejor colocados en las apuestas vienen siendo Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz Gallardón. Imaginemos entonces que quien se lleva el gato al agua es Francisco Camps, que lee mucho a Baltasar Gracián, y concretamente El Arte de la Prudencia. Sería digno de ver entonces el tipo de relación que tendrían Camps como secretario general del partido y Zaplana como portavoz. Porque si hay algunos que tienen la dimisión fácil, hay otros que no se despegan del sillón ni con agua caliente. Y no será porque no dispongan de casa, que también la tienen. Ignoro cual de las dos es más grande.
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