Bush, en su simplista visión del mundo, definió el eje del mal. Para los saharuis el eje del mal es Marruecos. Y resulta que es el propio gobierno de EE. UU. el que apoya al dictador rey marroquí. Si nos fijamos en las cosas que es capaz de hacer a España, cabe imaginar las que les debe de estar haciendo a los humildes saharuis. Ellos hablan de torturas y hasta reparten fotos. Los saharauis no tienen más apoyo que la razón, es lo que les permite resistir durante tanto tiempo, en unas condiciones tan precarias. Y el moralista que pretende ser Bush es capaz de encontrar excusas para ponerse esta vez del lado del mal. Es capaz de decir que su alianza con el rey de Marruecos tiene como finalidad luchar contra el terrorismo. Precisamente, esa alianza puede hacer que el terrorismo crezca. Al terrorismo islámico no se le puede vencer por la fuerza, por la sencilla razón de que no se sabe dónde está ni cuando piensa actuar. Es muy grande el número de los posibles terroristas y éstos están repartidos por todo el mundo. Sólo se puede vencer al terrorismo islámico usando la razón y la inteligencia. Conviene evitar, siempre que sea posible, acciones que puedan ser empleadas para generar odio contra el mundo occidental. Una de las cosas que puede generar mucho odio y especialmente entre los marroquíes oprimidos por la dictadura a la que están sometidos es precisamente la alianza de Marruecos con Estados Unidos. Se entiende que aquella imagen en la que Bush leía un libro del revés y otras similares no es casual. Por otra parte, también está Zapatero, de cuya perspicacia hizo dudar el que permaneciera sentado al paso de la bandera estadounidense. Ahora tampoco presta su apoyo decidido a quienes tienen la razón y un gran número de resoluciones de la ONU incumplidas prueba que las cosas son así. ¿Cómo pueden fiarse los pobres españoles de Zapatero si éste es capaz de dejar tirados a quienes no tienen otra cosa que la esperanza?
'Diarios. La hierba crece despacio'
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