La misiva cita la afirmación de Rodríguez (el vicepresidente venezolano) el pasado 27 de junio de que "no ha habido gobierno en la historia política de este país que respete más la libertad de expresión como el gobierno bolivariano del presidente (Hugo) Chávez" . Podría ese tal vicepresidente haber comparado la libertad de expresión que hay en Venezuela con la que existe en EE.UU. Basta recordar que cada vez que en algún lugar del mundo se critica cualquier aspecto de la política venezolana para que Hugo Chávez ensarte una ristra de insultos. Asusta pensar en lo que puede hacer si quienes le critican son venezolanos que viven en Venezuela. Como dijo Albert Camus "Demócrata, en definitiva, es aquel que admite que el adversario puede tener razón, que le permite por consiguiente, expresarse y acepta reflexionar sobre sus argumentos." Poco demócrata puede ser quien pretende perpetuarse en el poder, es amigo de Fidel Castro, se deja premiar por Muamar al-Gaddafi, se pasa la vida insultando al presidente Estados Unidos y malgasta el dinero de los venezolanos subvencionando partidos políticos de otros países de ideología similar a la suya. No hace mucho, el gobierno venezolano cerró el canal de televisión RCTV, al no renovarle la licencia y ahora está deseando cerrar Globovisión, lo cual no cabe ninguna duda que se llevará a cabo cuando caduque su licencia, si no puede hacerlo antes. Parece difícil, al menos en los tiemp0s actuales, que el hermoso país venezolano pueda encontrar la senda de la paz y de la democracia, dado que todo lo que emerge de allí viene a ser convulso y violento. En la política de aquel país falta gente con carácter, capaz de soportar las dudas (obsérvese en el aniñado rostro de Chávez la feroz determinación, no exenta de iluminismo) y las críticas ajenas. Llegará el día en el que los latinoamericanos se darán cuenta de que no necesitan líderes, sino fe en su trabajo y sus instituciones.
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