Entrevistado por Buenafuente, Pepiño, entre otras melonadas, todas de magnífico calibre, dio en decir: “Probablemente en casa de los de derechas no hay desempleados”. A esto, Buenafuente respondió: Está bien la frase. Pero, claro, de las sandeces anteriores había opinado: Claro, claro. Bien pensado, bien pensado; y cosas por el estilo.
Lo que le pasa a Pepiño es que se hace una composición de lugar que le conviene: los ricos son de derechas, los pobres son de izquierdas. Hay muchos más pobres que ricos, luego él tiene la sopa boba asegurada durante mucho tiempo, siempre y cuando haga lo posible por no caerle mal a Zapatero, en cuyo caso se habría terminado el cuento. A hacerse esa composición debe de haberle ayudado lo que ve en Galicia, su tierra.
Lo de Pajín tardará mucho en olvidarse: “Les sugiero que estén atentos al próximo acontecimiento histórico que se producirá en nuestro planeta: la coincidencia en breve de dos presidencias progresistas a ambos lados del Atlántico, la presidencia de Obama en EE. UU. y Zapatero presidiendo la UE”. Esta chica, como se decía antes, no se entera de la misa la mitad. Si en el mundo hay alguien que represente lo contrario que Obama ése es Zapatero.
Obama representa el deseo del pueblo estadounidense de resurgir, para recobrar ante el mundo el lugar que cree que le corresponde. Y para lograr sus propósitos no duda en escoger un camino nuevo, diferente, al menos simbólicamente, a todos los anteriores. Zapatero, por su parte, surge del conformismo del pueblo español, que vencido por el fatalismo piensa que la cosa no tiene arreglo y que si tiene ganas de algo es de llegar al fondo cuanto antes. Uno procede del optimismo de un pueblo, el otro es el fiel reflejo del pesimismo que se ha apoderado de España. Zapatero siempre sonríe, pero es que a él le da igual.
Lo que le pasa a Pepiño es que se hace una composición de lugar que le conviene: los ricos son de derechas, los pobres son de izquierdas. Hay muchos más pobres que ricos, luego él tiene la sopa boba asegurada durante mucho tiempo, siempre y cuando haga lo posible por no caerle mal a Zapatero, en cuyo caso se habría terminado el cuento. A hacerse esa composición debe de haberle ayudado lo que ve en Galicia, su tierra.
Lo de Pajín tardará mucho en olvidarse: “Les sugiero que estén atentos al próximo acontecimiento histórico que se producirá en nuestro planeta: la coincidencia en breve de dos presidencias progresistas a ambos lados del Atlántico, la presidencia de Obama en EE. UU. y Zapatero presidiendo la UE”. Esta chica, como se decía antes, no se entera de la misa la mitad. Si en el mundo hay alguien que represente lo contrario que Obama ése es Zapatero.
Obama representa el deseo del pueblo estadounidense de resurgir, para recobrar ante el mundo el lugar que cree que le corresponde. Y para lograr sus propósitos no duda en escoger un camino nuevo, diferente, al menos simbólicamente, a todos los anteriores. Zapatero, por su parte, surge del conformismo del pueblo español, que vencido por el fatalismo piensa que la cosa no tiene arreglo y que si tiene ganas de algo es de llegar al fondo cuanto antes. Uno procede del optimismo de un pueblo, el otro es el fiel reflejo del pesimismo que se ha apoderado de España. Zapatero siempre sonríe, pero es que a él le da igual.
2 comentarios:
Querido Vicente: tardará mucho tiempo en olvidarse...
Abrazos,
Diego
EL conformismo de este país comienza a cambiar no le quepa la menor duda. Pero como todo cambio en este pais, es lento y macarrónico.
Publicar un comentario